Trasplante de órganos y tejidos de una especie a otra
( Publicado en Revista Creces, Septiembre 1996 )

Los trasplantes de órganos y tejidos en medicina ya constituyen una rutina y el pronóstico es relativamente bueno, debido a que se dispone de nuevas drogas que impiden o dificultan la reacción inmunológica de rechazo. Sin embargo los que necesitan trasplantes de órganos (riñón, corazón, hígado) son muchos, mientras que los donantes están siempre restringidos, de modo que existen largas listas de espera y muchos fallecen antes de llegar a disponer del órgano que necesitan. Es por esas razones que se ha pensado utilizar órganos y tejidos procedentes de animales de otras especies para ser trasplantados a enfermos humanos. Este procedimiento es el que se ha llamado Xenotransplante.

Las primeras experiencias han sido un completo fracaso. El rechazo inmunológico se produce en minutos. Así, por ejemplo, en los trasplantes experimentales de cerdos a monos, se ha visto que a los pocos minutos se produce una reacción de los vasos sanguíneos, en que sus paredes se hinchan y se oscurecen, hasta impedir completamente el paso de la sangre. Este fenómeno es lo que se llama "rechazo hiperagudo" y hasta ahora parecía que constituía un obstáculo insalvable, ya que no se conocía porque se producía esta violenta reacción. Sin embargo estudios posteriores están abriendo nuevas posibilidades y no es raro que los xenotrasplantes lleguen a ser realidad en los próximos años.

A fines del último año, en el Tercer Congreso de Xenotrasplantes celebrado en Boston, se presentaron muy interesantes resultados (Science, vol. 270, Octubre 13, 1995). Así, por ejemplo, un grupo de investigadores de New England Deaconess Hospital de Boston, dio un paso importante al comprobar a que el rechazo hiperagudo se debía a que se dañaba una enzima clave que inhibía las plaquetas (ecto-ATPasa). Pero si los tejidos se trataban profilácticamente con antioxidantes, la enzima se mantenía activa y no se producía la reacción.

Otro grupo de investigadores liderado por David White, fundador de la Compañía Imutran, mostró experiencias de trasplante de cerdos a monos, que ya llevaban 8 semanas sin signos de rechazo. Para eso habían manipulado genéticamente el órgano del animal donante, de modo que con ello inhibían una proteína inmune clave, llamada complemento. Según los autores este es un importante avance ya que se había suprimido el rechazo hiperagudo, sin inhibir el sistema inmunológico. Según parece, este rechazo hiperagudo se produce por la respuesta del tejido endotelial de los vasos sanguíneos y en definitiva lleva a la agregación de las plaquetas impidiendo el flujo sanguíneo.

Con estos resultados la Compañía Imutran iniciaría en 1996, los primeros ensayos de trasplante de órganos de cerdo a humano.

Sin embargo ya algunos ensayos se han estado haciendo, como por ejemplo el trasplante de tejido cerebral de cerdo a pacientes de Parkinson. También se han ensayado el trasplante de médula de mono a pacientes de SIDA (New Scientist, Marzo 09 de 1996, pág. 4).


Precauciones que deben tomarse

Tal parece indicar que en los próximos meses los xenotransplantes serán una realidad. Ello ha despertado una serie de susceptibilidades en numerosos investigadores. Es muy posible, piensan algunos, que junto con transplantar el órgano o tejido del animal, se traspasen al hombre también virus u otros agentes infecciosos propios de los animales donantes, y que de allí se extiendan en forma epidémica. Tal puede ser el caso del virus Pox del mono, que es una forma del virus del Herpes B. Puede ser también el virus de la influenza porcina o el virus de la enfermedad vesicular del cerdo. No hay que olvidar la que muchos temen, que el virus del SIDA se debe a que el virus paso de los monos verdes al hombre. Otro peligro, aún más grave, pueden ser los priones, uno de los cuales es el culpable de las "vacas locas" y que se cree puede ser transmitido al hombre.

El trasplantar directamente un órgano de un animal como el cerdo al mono, sería la mejor forma de trasplantar también un virus propio del animal y que este se adapte al hombre. Por todo esto existe una gran alarma y se recomiendan diversas precauciones, que en todo caso no aseguran el Control absoluto de estos riesgos.


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