Novedades en la transmisión de enfermedad de vacas locas
( Publicado en Revista Creces, Abril 1997 )
En Inglaterra se sigue trabajando intensamente para averiguar si las vacas locas transmiten o no la enfermedad al hombre. Como se sabe, en el hombre existe desde hace mucho tiempo una enfermedad muy rara, pero parecida a la enfermedad de las vacas locas, tanto por sus síntomas como por sus lesiones histológicas cerebrales, y que se denomina "Enfermedad de Creutzfeld-Jacob (CJD)". En ambas se acumula en el cerebro, una extraña proteína que cae en la categoría de los llamados priones
(Los priones y las vacas locas).
El pánico ha cundido en Inglaterra, porque en el año recién pasado ya se han confirmado 14 casos de seres humanos que aparentemente han presentado la enfermedad de las vacas locas, mientras que en otros 86 casos recientes, y que son sospechosos, se está esperando su confirmación. Ello es alarmante, ya que el CJD convencional presenta una frecuencia mucho mas baja.
Muchos temen que estos casos recientes hayan sido transmitidos por las vacas. Sin embargo, ha surgido la duda que sean realmente enfermedad de Creutzfeld-Jacob, ya que los síntomas difieren: En el Creutzfeld-Jacob (CJD), los síntomas comienzan alrededor de los 50 años y van paulatinamente sumiendo al paciente en un estado vegetal. En cambio, en esta nueva versión, los síntomas han comenzado alrededor de 20 años, y su comienzo se caracteriza mas bien por signos psíquicos. Por esos se piensa que esta última sería una variante del CJD, por lo que se ha denominado vCJD.
Pero ahora parece que comienzan a aclararse las cosas, ya que al examinarse la estructura molecular de la proteína causante, que se deposita en el cerebro de las vacas, y compararla con la que se encuentra en el cerebro de pacientes con CJD y con la de estos últimos 14 pacientes ya confirmados de vCJD, se notan semejanzas y diferencias muy sugerentes. El trabajo ha sido ya publicado por John Collinge del St. Mary Hospital de Londres en la revista Nature de Septiembre, 1996.
Separando la proteína culpable en fracciones por electroforesis en gel, los autores encuentran que en la proteína de las vacas locas se logran 10 bandas diferentes, que en su movilidad coinciden plenamente también con 10 bandas que se obtienen de la proteína proveniente de los pacientes vCJD, y en ellas también son similares las bandas de proteína obtenida de cerebros de animales infestados experimentalmente con proteínas de las vacas locas (ratas y otros animales). En cambio, no sucede lo mismo con la proteína obtenida de pacientes que padecieron de CJD en la forma convencional, por lo que parece que estas dos enfermedades serian diferentes. Pero lo que seria más interesante es que esta semejanza de la proteína de las vacas locas y la de los 14 casos producidos recientemente de vCJD, confirmaría una interrelación de estas dos enfermedades. Es decir, probablemente la forma vCJD estaría siendo trasmitida por las vacas. No así los casos convencionales de CJD.
Se podría desarrollar un test diagnóstico
Se sabe que la misma proteína anómala, que se encuentra en el cerebro de las vacas locas, se encuentra también presente en sus ganglios y en las amígdalas, de modo que se podría obtener una biopsia de ellos y examinarla por el mismo método de separación electroforética para, de este modo, ver si las bandas corresponden.
También en los humanos que padecen de CJD y vCJD, la proteína anómala está en los ganglios y amígdalas, de modo que en los casos sospechosos también se podría obtener una biopsia para someterla al mismo test.
Collinge espera que el mismo test podría permitir identificar el agente causante de la enfermedad de las vacas locas, en las ovejas y así poder diferenciar el scrapie (enfermedad del rasquido de las ovejas, que se conoce desde hace muchos años), de la enfermedad de las vacas locas. En la actualidad, la única forma de hacerlo, es inyectar la muestra en ratas, pero hay que esperar dos años para que en ellas se produzca la enfermedad.