La meningitis cerebroespinal. Posibilidades de una nueva vacuna
( Publicado en Revista Creces, Agosto 1997 )
Posibilidades de una nueva vacuna
La meningitis es una inflamación de las meninges, que son las membranas que cubren el cerebro y la médula espinal. Ella puede ser producida por diferentes agentes (bacterias, virus, etc.), pero la mayor parte de los casos son producidos por la bacteria Neisseria meningitidis o meningococo. Ella es pariente de la bacteria responsable de la gonorrea. Pero, a diferencia de la gonorrea, esta bacteria coloniza la mucosa de la garganta y desde allí se esparce rápidamente en el medio ambiente a través de las secreciones respiratorias. En el organismo esta bacteria es tan común, que incluso se le considera como parte de nuestra flora normal. En exámenes laríngeos practicados a la población normal, se encuentra presente en un 2 a un 10%. Lo más probable es que todos nosotros en algún momento la hayamos tenido.
La enfermedad que produce es grave, porque si no se trata, casi todos los enfermos terminan falleciendo. Su comienzo es muy rápido. Repentinamente una persona normal presenta fiebre y malestar, síntomas muy semejantes a los de la gripe. En pocas horas aparece un fuerte dolor de cabeza, rigidez de la nuca y le molesta la luz brillante. Si no se trata, rápidamente el paciente cae en coma y más tarde en un shock fatal.
Normalmente el epitelio de la garganta constituye una barrera para la bacteria, pero ocasionalmente se altera el balance entre colonización e invasión, lo que resulta en la iniciación de la enfermedad. La meningitis comienza cuando la bacteria invade el torrente circulatorio y cruza las meninges, ganando acceso al líquido espinal, que baña el sistema nervioso central (ver cuadro). Este líquido sirve como muy buen caldo de cultivo y rápidamente la bacteria se multiplica, inflamando todas las meninges.
En el 30% de los casos se produce un profundo shock, que se caracteriza por baja de la presión arterial, particularmente en las extremidades. Ello es debido a que el germen puede liberar una endotoxina que estimula la producción de una proteína llamada ""Factor de Necrosis Tumoral"". Este factor a su vez, aumenta la permeabilidad de los vasos sanguíneos, lo que causa la baja de la presión arterial. Los pacientes que sobreviven al shock, pueden sufrir pérdidas de un trozo de la piel o incluso partes de un miembro. Si no se trata, generalmente la enfermedad es fatal. En cambio un tratamiento inmediato con antibióticos reduce la mortalidad a un 10%. Con todo, algunos sobrevivientes pueden quedar con secuelas, como sordera, parálisis y retardo mental.
En nuestro país constantemente se están produciendo casos de meningitis, aunque con mucha menor frecuencia que en otros países. Así por ejemplo, en muchos países de Africa se produce un promedio de 50 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que aquí es de aproximadamente 5 casos por 100.000 habitantes.
A veces hay epidemias
Sobre la meningitis hay aún muchas cosas que se desconocen. ¿Por qué, por ejemplo, ocurren epidemias? Siendo la bacteria responsable tan frecuente y estando en la garganta de mucha gente por años. ¿Por qué de repente se desencadena una epidemia? La verdad es que no se sabe. Pareciera que la enfermedad incluye ciclos de epidemias que pueden corresponder a cambios ambientales (baja humedad), o tal vez a características inusuales de la inmunidad (existencia o no de previos anticuerpos en la sangre por contacto anterior con el germen), o finalmente a la asociación con otras enfermedades infecciosas (virus o bacterias).
Cualquiera sea la causa, el hecho es que las epidemias son frecuentes en los países subdesarrollados. En 1989 una epidemia en Etiopía registró más de 40.000 casos. En la década del 60, en China, se produjeron tres millones de casos.
Ya que las epidemias de meningitis son impredecibles e infrecuentes, es muy difícil estudiarlas. Se sabe sí, que hay una banda que cruza los países africanos ubicados al sur del desierto del Sahara (Gambia, Nigeria, Chad, Sudan, Uganda, Etiopía y Kenia), en que estas son más frecuentes. Por eso a esta región se le ha llamado ""cinturón de la meningitis"". Los epidemiólogos por décadas han sabido que las epidemias son aquí particularmente comunes y ocurren cada 5 a 10 años, durando por años cada epidemia. Parecen ser más intensas en las estaciones secas y disminuyen con el comienzo de las lluvias.
En los Estados Unidos se ha descrito que personas que nacen con una rara enfermedad genética (Deficiencia de sus Complementos, que son una serie de proteínas sanguíneas que se activan por anticuerpos para destruir la bacteria), son muy susceptibles a la meningitis. Como la enfermedad es rara en este país, resulta que estos enfermos han llegado a representar una alta proporción de los casos. Por esta razón se pensó que esta misma enfermedad genética fuese muy alta en Africa, y que por esa razón allí se presentaban epidemias con mayor frecuencia. Sin embargo, estudios para detectarla en Nigeria y Gambia demostraron que también esta enfermedad era muy rara (Scientific America, Noviembre 1994, pág. 40).
Búsqueda de una nueva vacuna
Seguramente que los epidemiólogos continuarán buscando las causas del por qué se producen estas epidemias, cuando el germen causante es tan frecuente y generalmente no pasa nada. Probablemente lleguen en el futuro a alguna conclusión. Mientras se dilucida este problema, hay que tratar de buscar una vacuna que sea más eficiente que las que hoy se conocen.
Desde ya, hay que decir que existen tres cepas de Naisseria Miningitidis, que se conocen como los subgrupos de ellas, denominados A, B, y C. Actualmente hay disponibles vacunas que protegen contra los grupos A y C, pero no contra los del grupo B, que desgraciadamente es el más frecuente.
Pero además, las vacunas disponibles no son buenas, ya que no se logra una protección prolongada. Cada dos años se requiere una nueva dosis de refuerzo. Por otra parte, en lactantes no son muy eficientes, probablemente porque a esa edad su sistema inmunológico es aún muy débil. Por estas razones, la búsqueda de una vacuna más eficiente y que cubra las diferentes cepas causantes, es de gran importancia.
Peter Fusco y colaboradores de Nort American Vaccine, una compañía en Beltsville, presentaron recientemente en la reunión anual de American Society for Microbiology (Miami Beach), los resultados de ensayos de una nueva vacuna con respuestas muy positivas en monos (New Scientist, Mayo 24, 1997, pág. 20). La vacuna que hasta ahora existe se obtiene de mezclas de polisacáridos que envuelven al bacterio causante, la N. Meningitidis. Pero ésta es solo efectiva en el serogrupo A y C, pero no en el serogrupo B, que como dijimos es el más frecuente. La razón de ella es que el polisacárido que envuelve la bacteria del grupo B (llamado ácido pilialico) se parece mucho a uno que existe en las células humanas y por eso el sistema inmunológico no lo reconoce como ajeno, y en consecuencia no fabrica anticuerpos contra este polisacárido. Fusco ha conseguido modificar este polisacárido por medio de ingeniería genética, y en estas condiciones sí logra que el organismo fabrique anticuerpos contra este polisacárido del grupo B. Los resultados en monos, de una vacuna que tiene una mezcla de estos tres antígenos, demuestran que se logran buenas tasas de anticuerpos contra los tres serotipos: Ahora el ensayo en humanos y se espera que dé iguales resultados.
En el mismo congreso, Denis Martin y colaboradores del hospital de la Universidad Laval en Quebec, presentaron los resultados de otra vacuna fabricada con una proteína de la superficie de las bacterias, llamada NspA, que está presente en los tres serotipos. Los ensayos en ratas, a las que se inyectó esta proteína, demuestran que éstas logran fabricar anticuerpos contra los tres serotipos y que las protege de la N. Meningitidis. Ellos también esperan que iguales resultados se obtengan en humanos. Todo parece indicar que habría una pronta solución al problema de la prevención de la Meningitis, producida por la N. Meningitidis.*
Como ataca la meningitis al organismo
La bacteria Neisseria Meningitidis, generalmente entra por la mucosa de la garganta. La enfermedad se produce si ella logra entrar al torrente circulatorio y por allí ganar acceso a las meninges, que son las membranas que cubren el cerebro y la médula espinal. En este ambiente los gérmenes crecen rápidamente, causando fiebre, rigidez de la nuca, dolor de cabeza y a veces coma. En un 30% de los pacientes, la bacteria libera endotoxinas que aumenta la permeabilidad de los vasos sanguíneos. Como resultado, cae la presión arterial. Sin tratamiento adecuado, la enfermedad es generalmente fatal.