Se cuestiona el efecto Mozart
( Publicado en Revista Creces, Enero 2000 )

Hace algún tiempo investigadores de California describieron en niños lo que ellos llamaron "Efecto Mozart". Se trataba de un significativo incremento del razonamiento espacial-temporal en niños de 3 a 4 años, después de haber escuchado una sonata de Mozart (Algo que Mozart no se imagino: puede ayudar a razonar). Ahora otros investigadores de Appalachian State University en Boone, North Carolina, afirman que ellos no han podido obtener los mismos resultados.

El estudio original, hecho por investigadores de California, afirmaban que el efecto Mozart había significado un mayor rendimiento de 9 puntos en el test de la Escala de Inteligencia de Stanford-Binet (IQ), si los niños previamente habían escuchado la Sonata de Mozart para Dos pianos en Re mayor.

Con estos antecedentes han sido varios los investigadores que han tratado de reproducir los mismos resultados, pero han fallado. Así por ejemplo, Kenneth Steel y sus colaboradores de North California (Psycological Science,1999, vol. 10, pág. 366), estudiaron este efecto en 125 estudiantes voluntarios. A ellos los sometieron al mismo test de la escala de Inteligencia de Stanford-Binet, el que se repitió mas tarde (después de dos días) previo haber escuchado la Sonata de Mozart. El experimento no demostró diferencias entre el primero y segundo test, con lo que concluyen que hay poca evidencia que la música de Mozart pueda influir en el rendimiento intelectual.

Por otra parte, en la Universidad de Harvard, el psicólogo Christopher Chabris revisó 16 estudios sobre el mismo tema, pertenecientes a otros investigadores que habían tratado de demostrar el efecto Mozart. La suma de ellos totalizaba 714 personas estudiadas Al analizar todos los individuos como grupo (meta análisis) no se evidenció ningún beneficio después de escuchar a Mozart. El autor concluye que la única razón para que a veces se encuentre alguna diferencia, no está en la música de Mozart, sino en el ambiente agradable que produce el escuchar música.


(New Scientist, Noviembre 6,1999, pág 35).



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