Era casi un dogma en biología, que una célula madura no podía volver atrás y hacerse otra vez primitiva y totipotencial. Cuando el espermio fecunda al óvulo, y forman una nueva célula, ésta comienza a dividirse, y en este proceso y hasta un punto determinado, cada una de las células derivadas conserva su totipotencialidad y puede dar origen a otro individuo. Es así como en ocasiones nacen mellizos, trillizos o cuatrillizos, exactamente iguales, a partir de sólo un óvulo fecundado. Pero en un momento dado, las células que se están multiplicando, comienzan a diferenciarse y especializarse, hasta llegar finalmente a constituir los diferentes tejidos del organismo adulto.

Según esto, una célula de la ubre de una oveja adulta, no podía sino ser por siempre sólo una célula de la ubre.

Había razones experimentales que apoyaban esta creencia, ya que nunca se había logrado que una célula madura volviera atrás. Sin embargo, en los sapos algo se había logrado. Es así como en el año 1970, John Gourdon extrajo el núcleo de una célula de la piel de un sapo, insertándolo dentro de un óvulo, al que a su vez se le había extraído su propio núcleo. Se formaron algunos embriones y crecieron hasta llegar a guarisapo, pero ninguno llegó a la edad adulta.

Por ello los investigadores pensaban que aún había mucho que se desconocía de como los diferentes genes interactuaban para lograr el desarrollo de un animal entero y por eso afirmaban que tal vez en 50 años más podrían llegar a dilucidarse todos los secretos de estos procesos.

Tampoco le fue fácil a Ian Wilmut lograr la clonación de la oveja. "Hace un año atrás, demostramos que la clonación era posible, siempres y cuando se partiera la célula de un embrión", dice Wilmut . Ahora ya se logró a partir de una célula de la ubre de una obeja adulta. Pero para ello tuvieron que tener mucha paciencia. Hasta ahora Dolly ha sido la única oveja que logró desarrollarse después de 277 ensayos de fusiones de células de la ubre con óvulos. Aún ahora, logar el proceso no es fácil. Es por eso que aún no todos los científicos aplauden . Es así como Johnatan Slack, un embriólogo de la univesridad de Bath, dice que es peligroso entusiasmarse con un sólo caso. Él advierte que es fácil tener un "falso positivo", ya que por ejemplo los investigadores puede, inadvertidamente, no haber removido todo el DNA del óvulo. Por ellos recomiendan precaución, hasta cuando las cosas no se hayan confirmado.

Pero en todo caso, si la técnica está bien realizada, quiere decir que también es posible clonar a un ser humano, si es así, teóricamente podrían clonarse innumerables individuos que serían físicamente iguales. Pero ¡ojo!, fisicamente iguales, pero no con la misma personalidad o habilidades específicas, ya que aquí entra a jugar otra variables, cual es el medio ambiene. Tal vez su cerebro sea orgánicamente igual, pero no puede ser igual la formación e información que vaya adquiriendo a lo largo de la vida. La diferenciación ya comienza en la vida intrauterina, ya que el útero en que se insertaría cada uno de los óvulos clonados, sería un útero diferente, porque cada mujer no es igual a la otra. Los nutrientes que el embrión y más tarde el feto, recibirían por el cordón umbilical, serían diversos, como también muchos otros factores químicos, internos u externos, que podría transportar la sangre materna, influyendo en el desarrollo del feto. Después de nacidos, necesariamente las vivencias y experiencias vitales, en cada uno serán diferentes y variadas, serán entonces sus características intelectuales definitivas, sus respuestas emocionales o habilidades que desarrolle.

Así por ejemplo, si Albert Einstein hubiera nacido en una tribu amazónica, seguamente que no podrían haber elaborado la teoría de la relatividad y otra habría sido su reacción frente a ese medio. Por las mismas razones tampoco se podrían lograr un clon que cantara exactamente igual que Evis Presley. El cantar ciertamente tiene una base en el cerebro, pero también un importante componente individual inherente a una habilidad que requiere aprendizaje. En el mejor de los casos, sus fanáticos sólo podrían admirar en él su semejanza física.

Frente a este tremendo avance, la relación de la comunidad, ha sido de sorpresa y miedo a lo desconocido, por sus proyecciones futuras. Por ello se levantan las voces que dicen ¡paren no sigan más allá! ¡debe prohibirse la clonación en humanos, porque atenta contra la esencia misma del ser humano! Pero, ¿Será acatada la prohibición?

Ya también algunos especialistas en ética, como Ruth Macklin del Albert Einstein College of Medicine de Nueva York, afirma que la clonación de una persona no viola ningún derecho humano y que por lo tanto no debe actuarse irreflexivamente. Es probable que en un futuro, la comunidad mire con simpatía el hecho de una madre que ha perdido un hijo pequeño trate de reponerlo por otro exactamente igual. O a una madre que quiere tener un hujo y no sea posibl lograrlo por ningún otro medio. ¿No se ha observado ya esa paulatina complacencia con la fertilización in vitro? Por otra parte, es muy posible que en el futuro, se llegue a una situación, en que a partir de la clonación de una célula se pueda desarrollar un tejido o un órgano, que al implantarse en el donante, no va a ser rechazado. ¿Quién se opondría a un implante de ese órgano en un enfermo terminal?

Todo parece indicar que la simple prohibición no va a ser suficiente para volver a meter al genio, que ya se salió de la botella.