Guías nutricionales para el adolescente
( Publicado en Revista Creces, Octubre 1997 )

Los adolescentes están en un riesgo creciente frente a ciertos problemas nutricionales, como puede ser el sobrepeso, la obesidad y los desórdenes de la alimentación. Observaciones del National Health and Nutrition Examination Survey, estiman que el 22% de los jóvenes entre 12 y 17 años están en riesgo de sobrepeso, y que el 11% ya tiene un sobrepeso importante (American Acaclemy of Pediatric vol. 9 N° 2, febrero 1997).

En este documento, se entrega información acerca de los requerimientos nutricionales de adolescentes, junto con un análisis de los hábitos alimenticios y de las condiciones y prácticas que en ellos pueden incrementar el riesgo de deficiencias calóricas y de nutrientes.

Los hábitos y prácticas nutricionales del adolescente requieren de especial cuidado, ya que de lo contrario ellos pueden llevar más tarde (en su edad adulta), a padecer serios problemas de salud, como obesidad, diabetes, hipertensión, Osteoporosis (disminución del calcio de los huesos), etc. Es por eso que constantemente debe aconsejárseles para estimularlos a mantener una dieta saludable, mediante adecuados hábitos alimenticios, al mismo tiempo que deben también sugerir ciertas normas de actividad física continuada.

Los desórdenes alimenticios también pueden conducir a problemas psicológicos, con consecuencias nutricionales y médicas. Es así como entre el 5 y el 10% de las mujeres postpuberales, presentan síntomas de anorexia nerviosa o bulimia, de difícil tratamiento. Cuando algunos de estos síntomas llegan a sospecharse, se requiere de una evaluación multidisciplinaria, que considere todos los factores causales.


Requerimientos nutricionales durante la adolescencia

Durante la pubertad se crece aproximadamente el 20% de la talla definitiva y el 50% del peso. Las deficiencias en el consumo adecuado de calorías y nutrientes, pueden retrasar la maduración sexual y también retrasar a detener el ritmo de crecimiento. Una inadecuada ingesta de nutrientes puede traducirse en manifestaciones clínicas no inmediatas, sin embargo probablemente más tarde se evidenciaran serias alteraciones durante la juventud. Los hábitos y actitudes que se adquieran frente a los alimentos en esta edad, tienen una alta posibilidad de persistir durante la juventud, y ella puede significar riesgos de obesidad, alteraciones alimenticias, trastornos cardíacos y cáncer.

Las necesidades nutricionales de la adolescencia varían con la edad, el sexo, y el desarrollo puberal. Antes de la pubertad, los niños y niñas tienen una composición corporal similar. En los niños, entre los 10 y 17 años, la masa de tejidos magro (sin grasas), llega a doblarse, y el porcentaje de grasas disminuye lentamente, de modo que al final de la pubertad, ha decrecido en un 12%. La niñitas también aumentan su tejido magro, pero, ganan más grasas que los varones, alcanzando un 23% al final de la adolescencia. A las niñitas, con el objeto de tranquilizarlas y no lleguen a someterse a dietas sin razón, es necesario advertirles que es normal que se acumulen grasas en el período del estirón, al comienzo de la pubertad.


Requerimientos calóricos

Los requerimientos calóricos, son influenciados por la edad, el sexo y el nivel de actividad. Las diferencias calóricas basadas en el sexo, probablemente se comienzan a notar al comienzo de la pubertad. Del mismo modo que las diferencias entre hombres y mujeres, se deben a los distintos grados de actividad y las diferencias de la composición corporal entre unos y otros (el tejido magro, sin grasas, tiene mayores necesidades metabólicas). La máxima necesidad calórica para las mujeres, está al comienzo de la adolescencia (entre los 11 y l4 años), y en los hombres, en la mitad de la adolescencia (entre 15 y 18 años). Aún cuando la ingesta de alimentos puede no satisfacer las necesidades de calorías y vitaminas, raramente se manifiestan síntomas clínicos. A menudo se observan en adolescentes deficiencias en la ingesta de calcio y hierro, especialmente cuando el consumo calórico es menor de 2.000 calorías diarias. Claro que cuando la dieta aporta menos de 2.000 calorías diarias hay que preocuparse. Sin embargo, si aporta más de 2.000 calorías diarias, no necesariamente quiere decir que esté asegurado el aporte de nutrientes.

A menudo los adolescentes preguntan cuáles son las necesidades normales de calorías. Para satisfacer un requerimiento calórico adecuado para la edad, hay que considerar el sexo, la edad cronológica y la altura, más que la masa corporal. La tabla 1 da una idea general. A su vez, la tabla de la pirámide de los alimentos puede usarse para saber en qué alimentos se traducen éstos (figura 1).

Deben también considerarse algunas condiciones clínicas que pueden llevar a una inadecuada ingesta calórica, como por ejemplo el embarazo, algunas enfermedades como la fibrosis quística, inflamaciones intestinales, o regímenes vegetarianos estrictos, o dietas mantenidas en el tiempo o por último, la pobreza.


Proteínas

Las necesidades de proteínas en el adolescente, están más bien relacionadas con la talla, no con la edad cronológica. Por lo general la ingesta recomendada de proteínas, están excedidas en relación a las verdaderas necesidades. A pesar de ello, algunos niños solicitan incrementos proteicos, con el objeto de aumentar su masa muscular. La mayor parte de las veces, hay que convencerlos que ya están ingiriendo bastantes proteínas, para lo cual hay que calcular con ellos sus requerimientos, y casi siempre resulta que ya están tomando una cantidad adecuada (tabla 1 y fig. 1).

La ingesta baja de proteínas se ve en algunas situaciones anormales, como cuando se ha prescrito por algún tiempo regímenes en que se restringe la ingesta de carne, cerdo, pescado o productos lácteos. También hay que considerar el embarazo, que incrementa las necesidades.


Minerales

Calcio: la adolescencia es el momento crítico en que crecen los huesos y se requiere depósito de calcio en ellos. Si ello no ocurre en forma adecuada durante esta edad, más tarde aumenta notablemente el riesgo de presentar una osteoporosis. Tanto el crecimiento acelerado del esqueleto, como el aumento de la masa magra, incrementan las necesidades de calcio. Teniendo en cuenta estas consideraciones y diversos trabajos experimentales, el National Institute of Health Concensus Conferencie, en 1994 recomendó incrementar la ingesta de calcio de 1.200 a 1.500 mg por día, para las edades entre 11 y 24 años.


Para alcanzar estas recomendaciones, un adolescente deberá ingerir alimentos ricos en calcio, unas cinco veces al día. Estos incluyen la leche y sus derivados y los vegetales de hojas verdes (contrariamente a lo que creía Popeye, la espinaca no sirve). Así por ejemplo una copa de yogurt, leche, o 40 gramos de queso, contienen 300 miligramos de calcio. Una tableta de 750 mg. de carbonato de calcio aporta 300 mg del elemento calcio. Una de 1.000 mg. de carbonato de calcio, aporta 400 mg del elemento calcio.

Especial cuidado hay que tener con los adolescentes que no toman leche o sus productos (vegetarianos estrictos o que son intolerantes a la leche). Los adolescentes con amenorrea hipotalámica (carencia de menstruación por alteración del hipotálamo), requieren de un cuidado especial, ya que la reducción del estrógeno en la sangre, disminuye la absorción del calcio y también incrementa la pérdida de calcio por la orina. Si en esta edad no se deposita adecuadamente el calcio en los huesos, existe un alto riesgo de padecer de osteoporosis en la edad adulta.


Hierro

Durante la pubertad se incrementan notablemente las necesidades de hierro, ya que en esta etapa están creciendo los músculos y aumentando el volumen de sangre. Las niñitas necesitan además hierro adicional por las pérdidas de este elemento en la menstruación. Aquellas adolescentes que ingieren menos de 2.000 calorías diarias, necesitan de suplementos, ya que con esa cantidad de alimentos no pueden satisfacer sus necesidades normales. También están en riesgo de padecer una deficiencia de hierro, los que siguen dietas vegetarianas o han eliminado los productos careos de la dieta. La biodisponibilidad del hierro de las plantas (el calcio que realmente se absorbe), es escasa. Los productos careos contienen hierro altamente biodisponible (que se absorbe bien en el intestino). También lo contiene el pescado, la carne de cerdo y los huevos. Otras fuentes de hierro, son los vegetales verdes, las nueces, la harina integral de trigo, el pan y los cereales. (En Chile, al igual que otros países, se enriquecen por Ley las harinas de trigo).


Vitaminas

Los requerimientos de vitaminas se incrementan con el crecimiento. La vitamina A y C son importantes para el crecimiento de nuevas células y para una piel saludable. La tiamina, la riboflabina y la niacina, se necesitan para la utilización de los hidratos de carbono. En general, si la ingesta calórica del adolescente es superior a 2.000 calorías diarias, significa que con esos alimentos sus requerimientos vitamínicos se están satisfaciendo. Recientemente el Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos, ha recomendado que las mujeres en edad de embarazarse y durante él, debieran agregar a la dieta 0.4 mg de folato por día, ya que se ha demostrado que ello previene los defectos congénitos del tubo neural (espina bifida). Este agregado debe continuarse durante las primeras etapas del embarazo. Para muchas adolescentes, se ha recomendado el uso de suplementos vitamínicos que contengan folato.


Fibra

La ingesta adecuada de fibra, en el adulto está inversamente relacionada con la incidencia de enfermedades cardiovasculares, con el cáncer del colon y la diabetes. Las fibras no sólo facilitan los movimientos normales del intestino, sino también bajan los niveles de colesterol, uniéndolo a los ácidos biliares. Una adecuada ingesta de fibra se logra consumiendo una dieta que contenga frutas, vegetales, legumbres y granos en general.


Grasas

El adolescente debe aprender limitar restringir el contenido de grasas en los alimentos (frituras, alimentos grasos, postres, mayonesa, dressing, aceites y carnes de alto contenido graso). Por el contrario debe aumentar la ingesta de frutas, vegetales y granos.

Las recomendaciones señalan que un individuo debe consumir menos del 30% de calorías derivadas de las grasas, y menos de 300 mg de colesterol por día.


Consideraciones especiales

Plan para los vegetarianos:

Los vegetarianos varían entre aquellos que sólo eliminan de la dieta las carnes rojas, hasta aquellos que eliminan completamente las proteínas de origen animal, de cualquier fuente que sean. Más del 50% de los vegetarianos, corresponden a aquellos llamados lactoovovegetarianos, es decir que consumen productos lácteos y huevos.

Los planes de dietas vegetarianas pueden ser saludables, siempre que provean las suficientes calorías, proteínas, vitaminas y minerales que se requieran para el normal crecimiento. En ellos es crítico la adecuada cantidad de calorías y la variedad de alimentos. Una dieta vegetariana variada debe incluir frutas, vegetales, verduras de hoja verde y ojalá productos lácteos y huevos. En todo caso, siempre se recomienda la suplementación de vitaminas y minerales.

Los adolescentes que siguen una dieta vegetariana estricta (en que se hayan eliminado las proteínas animales de cualquier origen), están en un alto riesgo de deficiencias nutricionales (ingesta calórica inadecuada, hierro, folato, vitamina Bl2 y calcio). No así los que sólo suprimen las carnes rojas.


Adolescentes atletas

Los atletas pueden tener problemas nutricionales debido al incremento de la demanda de la actividad específica o por la presión de lograr cuerpos idealizados o pesos restringidos. Las niñas que participan en ejercicios fuertes (corredores, atletas, gimnastas), están en riesgo de presentar amenorreas (no menstruación) y osteoporosis. Como muchas de estas niñas atletas están bajo el peso normal, y el porcentaje de grasas del cuerpo es baja, son hipoestrogénicas; (producen pocos estrógenos). Esto puede significar retardo del comienzo de la pubertad y amenorrea secundaria.

Los jugadores de fútbol y levantadores de pesas, pueden usar suplementos a estar en sobrepeso, por lo que frecuentemente usan laxantes o diuréticos lo que debe cuidarse. Los corredores de distancias, son vulnerables a la deficiencia de hierro.


Suplementos nutricionales

Muchos adolescentes tienen tendencia a usar suplementos nutricionales, que van desde vitaminas y hierbas, a proteínas en polvo. Muchos de estos productos no están adecuadamente regulados por los organismos de salud. No está clara su composición, son costosos y su sobre uso puede ser peligroso. Megadosis (grandes dosis) de algunas vitaminas y minerales pueden competir a nivel intestinal, con la absorción de otros nutrientes. Un exceso de vitaminas liposolubres (A, D, E, K), pueden llevar a una acumulación de grasas en el cuerpo, con efectos colaterales tóxicos.

Atletas o entrenadores bien intencionados, pero desinformados pueden recomendar suplementos equivocados a adolescentes que deseen aumentar su masa muscular o su peso. Para estos casos hay que recomendar simplemente una bebida de leche malteada al desayuno, que es la forma más simple y barata para así agregar un suplemento calórico entre las comidas.


Resumen

La mayor parte de los adolescentes están desinformados acerca de la nutrición y hábitos alimenticios. Pero como ellos están preocupados de sus cuerpos y de los cambios que produce en ellos la pubertad, son por lo general muy receptivos a recibir una breve educación en este campo.

Para la mayor parte de los adolescentes, se puede lograr un hábito de alimentación saludable, simplemente siguiendo las normas del Dietary Guidelines for Americans and Food Guide Pyramid, desarrollado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (ver figura 1). Los mensajes claves para los adolescentes, se pueden resumir así:

  1. Consuma una cantidad variada de alimentos de cada segmento de la pirámide.

  2. Escoja una dieta baja en grasas saturadas y colesterol (consuma más carne de cerdo y pescado, y menos carnes rojas y alimentos rápidos).

  3. En cada comida consuma arroz, fideos, pastas o pan.

  4. Sea moderado en el consumo de azúcar, sal y grasas (no le agregue un exceso de sal al alimento en la mesa).

  5. Coma sólo cuando tenga apetito, y deje de comer cuando ya se sienta satisfecho (a menos que padezca de anorexia nerviosa).

  6. Acepte la realidad, que la gente tiene diferentes tamaños y formas.

  7. Haga ejercicios cada día, de modo que transpire por lo menos 10 minutos.

  8. Los adolescentes que aceptan y siguen estas guías, pueden aprender a ingerir alimentos con moderación, disminuyendo así los riesgos de desarrollar más tarde, a lo largo de su vida, diversas enfermedades, que se sabe son prevenibles.


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