El descubrimiento de un planeta fuera del sistema solar
( Publicado en Revista Creces, Septiembre 1991 )
Un equipo de tres astrónomos ingleses, Andrew Lynes, Matthew Bailes y Setman Shehar, publica en Nature (Julio 1991) que ha encontrado un objeto entre 10 y 15 veces el tamaño de la Tierra orbitando alrededor de una estrella muy especial (púlsar), ubicada a una distancia de 25.000 años-luz.
Los pulsares son estrellas ultradensas formadas por neutrones que giran muy rápido. Se las considera como los restos de una estrella que ha explotado. Su nombre deriva de la propiedad que tienen de emitir poderosos pulsos de radio a intervalos precisos y regulares. Precisamente fue una anomalía en la emisión de estas pulsaciones lo que llevó a los astrónomos a estudiar esta estrella, y sugerir que la anomalía se debía a que un planeta la estaba orbitando. El púlsar rota en torno a su eje tres veces por segundo y ello se puede percibir desde la Tierra mediante un radiotelescopio. Lo curioso, dice Lynes, es que periódicamente los pulsos llegan un centésimo de segundos antes de lo que debieran, y luego, tres meses después, llegan un centésimo de segundo más tarde; y esto se repite en forma regular.
Según los autores, ello se debe a que el púlsar está balanceándose, tirado por el campo gravitacional de un planeta que está orbitando cada tres meses. Cuando el planeta está cerca de la Tierra, tira el pulsar en nuestra dirección y el tiempo que se demora en llegar a nosotros el pulso radial es más corto. Tres meses más tarde, el planeta tira el pulsar en el otro sentido, por lo que el tiempo que se demora en viajar el pulso se alarga.
Otros astrónomos como David Black, director del Lunar and Planetary Institute de Houston, cree que esta anomalía puede deberse a muchas otras causas. Sin embargo, él también cree que lo más probable es que sea debida a la presencia de un planeta que orbita la estrella.