Tanto los repollitos como el brócoli, son ricos en compuestos Ilamados glucosinolatos. Ellos parece que no tienen un rol vital en el metabolismo de las plantas, pero forman parte de los mecanismos de defensa de ellas, para librarse de los voraces herbívoros. Estas substancias serían tóxicas o apetecibles para ellos.

Una de estas substancias del grupo de los glucosinoIatos, es Ia llamada sinigrin. Los repollitos de Bruselas Ia contienen en gran cantidad. Según Ian Johnson, del Institute of Food Research de Norwith, esta substancia impide eI desarrollo de células precancerosas. Él Ia ha investigado en ratas y ha podido comprobar que al administrarles sinigrin en Ia dieta, éstas se protegen del cáncer del colon. Su efecto es tal, que seis semanas después de haber estado administrando sinigrin, se destruyen todas las células precancerosas.

Parece ser que el efecto protector se debe a un producto de degradación del sinigrin, llamado allyl isotiocianato. Se trata de una molécula volatil, que precisamente es Ia responsable del olor y del sabor de los repollitos. Según Johnson, esta substancia induce a las células precancerosas a suicidarse (apoptosis) (Cómo se suicidan las células). "El compuesto es tan activo que es suficiente una dosis ocasional de repollitos, para liquidar a las células precancerosas del colon", dice Johnson.`

Algunas variedades de repollitos contienen más sinigrina que otros, pero el problema es que mientras más contienen, más amargos son. Si Ia concentración de sinigrin esta sobre 200 miligramos por 100 gramos de vegetal fresco, estos son tan amargos que nadie los puede comer. Por otra parte, si Ia concentración es baja, el efecto preventivo disminuye y al mismo tiempo las plantas se hacen más vulnerables a los insectos.

Pero para qué preocuparse de los repollitos, cuando sería tanto más fácil consumir tabletas de sinigrin. Sin embargo hay algo que aún no se conoce, que hace que el producto natural sea el realmente efectivo. Según Johnson, es probable que el efecto benéfico se deba a un cocktail de compuestos que están en el repollito y muchos de los cuales están también en varios vegetales, los que sumatoriamente inhibirían a las células precancerosas. Par su parte los repollitos parece que contienen cientos de compuestos, que actuando por diversos mecanismos, tendrían un efecto final sumatorio. Varios de estos compuestos están en muchos vegetales, de modo que Ia conclusión sería que los vegetales en general serían esenciales para Ia salud.

Gary Williamson, colega de Johnson, está estudiando otro glucosinolato, llamado glucorafanin que está presente en altas concentraciones en los brócolis. Esta substancia se degrada a un isotiocianato, llamado sulforafane que también tiene un poderoso efecto anticanceroso. Pero, a diferencia del sinigrin que actúa suprimiendo las células cancerosas, este compuesto las neutraliza, con Ia que se impide también su crecimiento.

Desde hace ya un par de años que los repollitos de bruselas, y también el brócoli, se venden en los supermercados de Estados Unidos con al etiqueta de "Health Food" (Alimentos de Salud), dado que contendrían diversas sustancias muy beneficiosas para la salud.

Las investigaciones con el sulforafane continúan y parecen promisorias. En estudios en que se agregan estos compuestos a cultivos de células humanas, se ha podido observar una inducción a la producción de enzimas que destruyen las substancias químicas que inducen el cáncer. Al darlas a animales de investigación, disminuye el riesgo de cáncer tanto del hígado como del colon. Pareciera que el sulforafane combate el cáncer al estimular las enzimas del proceso de detoxificación del organismo (enzimas de la fase II). Es así coma la dieta rica en brócolis (y otras brassicas) parece que ayuda a la detoxificación de substancias químicas.

lnvestigadores del Ducht Nutrition and Food Research Institute, en Zeist, dieron a un grupo de voluntarios durante una semana una dieta que contenía 300 gramos diarios de repollitos de Bruselas cocidos. Observaron que aumentaban las enzimas II en un 50%, tanto en el estómago, como intestino y riñones, por lo que esto parece confirmar que las acciones a través de destruir las substancias cancerígenas que diariamente consumimos.


Nuevas alternativas

Todos estos hallazgos han despertado un gran interés por este tipo de vegetales y son ya varios los grupos que están buscando variedades de brócolis que contengan una mayor concentración de glucosinolatos. Los investigadores están entusiasmados, ya que han encontrado plantas silvestres del mismo género, con alto contenido de substancias activas (hasta 10 veces superior). Estas están tratando de cruzarlas con las variedades comestibles ya conocidas. Afortunadamente, los sulforafanes no tienen el fuerte y desagradable sabor y son muy activos. Pronto ya piensan tener las variedades adecuadas en el mercado.

Otros investigadores están tratando de clonar los genes que producen los glucosinolatos. Para ello los están introduciendo en una planta, Ia Arabidopsis thaliana. Se trata de una planta muy conocida para los que estudian genética vegetal, ya que tienen un génoma muy pequeño, y se presta para los estudios transgénicos. Otros grupos están tratando de clonar estos mismos genes en otras plantas que tendrían mejor sabor y que producirían esta misma substancia. Por ahora, y en espera de mejores soluciones, comamos repollitos de bruselas y muchos brócolis, y así alejamos el riesgo del cáncer.