El herpes pone freno a la liberación sexual
( Publicado en Revista Creces, Septiembre 1982 )

El miedo al virus del herpes ha detenido en buena medida la promiscuidad sexual, en tanto la abstinencia cobra su premio.

nado. En la década del 60 se produjo tal liberación por la seguridad que daban dos medicamentos: las píldoras anticonceptivas y la penicilina. Por primera vez las relaciones sexuales parecían no tener complicaciones. La juventud se liberó y la abstinencia aparecía como una estupidez más que una virtud.

Pero ahora las cosas retroceden de nuevo. El Centro para el Control de las enfermedades anunció que el herpes genital se ha convertido en epidémico en Estados Unidos y ha pasado ha ser la enfermedad más común. Más de 20 millones de americanos la padecen y cada año hay 600 mil nuevos enfermos.

La enfermedad no es tan grave como la gonorrea o la sífilis, pero tiene el problema que hasta donde se sabe es incurable.

El virus que produce el herpes no es nuevo. El primer diagnóstico parece haberse hecho hace dos mil años en Roma. En esa época el emperador Tiberio trató de detener una epidemia de herpes de la boca prohibiendo que la gente se besara en las ceremonias públicas. Hoy se estima que aproximadamente 50 millones de estadounidenses han ocasionalmente sufrido de herpes bucal, característico por producir picazón en los labios o en la cara.

Tanto el herpes oral como el genital son producidos por el virus del herpes simple, el que puede ser transmitido a cualquiera de las dos partes del cuerpo por el contacto sexual. Sin embargo, muchos pacientes que tienen infección genital afirman que no han tenido contactos sexuales.

Trudy Larson e Ivonne Bryson, descubrieron que el virus podía sobrevivir fuera del organismo y desde allí podía producir la infección. En la gasa puede vivir 72 horas. En los instrumentos médicos, 18 horas y en la tapa del toilette, 4 horas.

Después de producir el escozor, el virus penetra en los nervios hasta la médula, donde se instala permanentemente. Algunas veces permanece allí latente por siempre. Aproximadamente un 30% de los pacientes tiene esta suerte. Pero en otros se reactiva periódicamente, viajando desde la médula hacia la piel de la boca o genitales. Estas recurrencias pueden presentarse por períodos de semanas, meses o años. El herpes genital algunas veces es doloroso y puede producir incluso la muerte de un recién nacido, si es dado a luz cuando el herpes está activo.

El problema del herpes, más que los síntomas de dolor, es el impacto emocional. Su contagio se produce por contactos sexuales cuando el herpes está activo. Durante los períodos de lactancia, el riesgo es mínimo y menor aún si el hombre usa un condón o la mujer emplea espermicidas. Se ha demostrado que estos matan el virus en el laboratorio, pero su efectividad "in vivo" no está demostrada.

Algunos estudios demuestran que puede haber portadores silenciosos que no tengan síntomas, pero que pueden transmitir el contagio. Estos portadores no saben que ellos tienen la enfermedad.

El problema es que hoy no hay tratamiento. La droga en la que más se confía es el "Acyclovir", un ungüento aprobado por el Food and Drug Administration. Aun cuando no ataca al virus en la médula, al menos lo detiene para que no se multiplique. Durante el primer ataque del herpes, que generalmente es el más largo y doloroso, la droga alivia los síntomas.

El miedo al herpes ha detenido la liberación sexual. La abstinencia parece otra vez tener su premio.


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