El desierto de Sahara habría sido un vergel
( Publicado en Revista Creces, Octubre 1999 )
Según un informe del Geophysical Research Letter de Julio de 1999, un cambio en el ángulo de rotación de la Tierra habría desencadenado una cascada de hechos que, en definitiva, cambiaron el Edén del Sahara por un desierto.
Hoy en día las arenas y las rocas cubren el norte de Africa en una extensión de nueve millones de kilómetros cuadrados. Pero estudios de polen fosilizados encontrados en el Sahara demuestran que, en algún tiempo pasado, la región habría estado cubierta por pastos y arbustos y los rebaños de sus habitantes pastaban allí, donde abundaba el agua y los lagos. Pero en algún momento ocurrió una catástrofe climática que secó toda el agua. El momento exacto no es seguro, pero el estudio de los mismos polen sugieren que entre 6000 y 7000 años atrás, habría existido un clima agradable, y que alrededor del año 4000 habría comenzado una definitiva sequía. Ello habría obligado a emigrar fuera del desierto a toda una civilización que se habría establecido en los bancos de los ríos Nilo, Tigris y Eufrates. Hasta ahora la causa de ello permanecía siendo un misterio.
Pero el climatólogo Martín Claussen y sus colaboradores del Posdam Institute for Climate Impact Research en Alemania, creen haber encontrado la razón. Afirman que un ligero cambio del eje de rotación de la Tierra, de 24.14 grados a 23.45 grados, habría producido el cambio que incluía veranos más fríos en el hemisferio norte. Ellos calculan los efectos del cambio en el desierto del Sahara a través de una simulación por computación que tomó en consideración diversas variables, como la composición de la atmósfera de la Tierra, los océanos y la vegetación. En el modelo, los investigadores redujeron paulatinamente el calor solar de la atmósfera, tratando de simular lo que se habría producido por el cambio del eje de la Tierra, el cual también habría sido paulatino. Ello habría cambiado las tormentas de los monzones sobre la India y el norte de Africa, disminuyendo la provisión de agua al Sahara, matando así algunas de las plantas nativas. Esta reducción inicial de la vegetación, más tarde habría reducido también las lluvias, entrando en un círculo vicioso de desertificación que se habría acelerado hace 4000 años. El resultado final hoy lo conocemos.