Vacunas de multipropósito
( Publicado en Revista Creces, Julio 1985 )
Los científicos que trabajan en inmunogénetica creen posible producir una sola vacuna que posibilita proteger contra 20 o más agentes productores de enfermedades. Los resultados están bien encaminados.
Los investigadores están trabajando para conseguir que sólo una inyección sea suficiente para proteger contra muchas enfermedades.
Durante las últimas dos centurias se ha avanzado mucho en la producción de vacunas y, gracias a ello, se han controlado gran parte de las enfermedades infecciosas. Ahora, la ingeniería genética está abriendo una nueva etapa para la producción de vacunas, pudiéndose fabricar sustancias más eficientes y más seguras. Ya no es necesario para ello utilizar el germen o virus entero para la fabricación de vacunas, sino que es posible aislar una sola proteína, que tenga actividad antigénica, y con ella producir la vacuna. Más aún, es posible no usar la proteína completa, si no sólo un trozo de ella, que sea el realmente activo. Realmente el sueño que, seguramente, jamás tuvieron Jenner y, ochenta años más tarde, Pasteur.
En los últimos años, usando tecnologías similares, se está tratando de fabricar vacunas polivalentes. Trabajando con el Virus vaccinia (el organismo que se usa para producir la vacuna de la viruela y de donde deriva el nombre vaccinia), se le están agregando antígenos para llegar a la supervacuna.
La mayor parte de las vacunas convencionales se fabrican con gérmenes (bacterias o virus) muertos o atenuados. Cuando se inyectan esos organismos no producen la enfermedad, pero el sistema inmunitario las reconoce como antígenos y desarrolla una defensa permanente contra ellos. De este modo, cada vacuna protege contra el organismo que se inyecta, aun cuando también se han hecho intentos exitosos para producir vacunas múltiples, como la que inmuniza contra la difteria, tos convulsiva y tétano, utilizando gérmenes muertos. Lo que se pretende ahora es totalmente nuevo.
El virus vaccinia fue usado por el médico rural Edward Jenner, en el siglo XVIII, para fabricar la vacuna antivariólica y desde entonces hasta ahora, este virus ha sido estudiado extensamente. Por eso que ahora es el mejor candidato para ser usado en la manipulación genética. No ofrece ningún riesgo para el Hombre, es increíblemente elástico y sobrevive en condiciones de gran sequedad y altas temperaturas. Enzo Paoletti, bioquímico del Departamento de Salud, del Estado de Nueva York, indica que "si podemos manipular su genética, éste es el virus ideal para producir vacunas seguras y muy eficientes". Al agregarle a este virus genes de otros gérmenes e inyectarlo, puede iniciar la formación de proteínas antigénicas de cualquier enfermedad y constituir así una vacuna perfecta y sin riesgos. Más aun, se le pueden agregar varios genes que comandan la síntesis de proteínas claves antigénicas de diversos gérmenes patógenos y así llegar a tener una vacuna polivalente.
Tres en uno
En octubre de 1983, Paoletti y su colega Dennis Panicoli anunciaron que habían logrado tres vacunas introduciendo genes de la influenza, hepatitis y herpes en el virus vaccinia. Con esta vacuna se inmunizaron ratas que luego fueron expuestas al Herpes simple, tipo II. Todas las ratas previamente vacunadas sobrevivieron, mientras que las no vacunadas fallecieron de encefalitis (inflamación del cerebro).
Paoletti ya ha conseguido introducir en el virus vaccinia, por lo menos, cuatro genes de otros gérmenes y estima que podrían introducir muchos más. Sostiene que "hay espacio para introducir 20 ó 30 genes distintos, sin alterar sus condiciones de reproducción dentro de la célula".
Experiencias similares ha desarrollado otro grupo de investigadores dirigidos por Bernard Mass, un virólogo del National Institute of Allergy and Infections Diseases en Bethesda, una división del National Institute of Health de los Estados Unidos. Ellos han conseguido injertar un gene del agente productor de la malaria dentro del virus vaccinia y luego han conseguido inmunizar a animales de experimentación, contra la proteína inducida por este gene. Aún no se sabe si la inmunidad producida contra tal proteína realmente inmuniza contra la malaria.
El proceso por el cual se puede lograr la introducción de genes en el virus vaccinia se esquematiza en la figura. En primer término, el virus vaccinia se libera de su estructura proteica e introduce su DNA a una célula animal.
PROTECCION INFANTIL
Uno de los propósitos de la información científica es beneficiar a la familia humana con la aventura del conocimiento. Las vacunas múltiples no son cosa del mañana y Chile ingresó de inmediato a beneficiarse con ellas. Se encuentra en uso, hace muchos años, la primera de ellas (Pluserix), destinada a prevenir -con una sola inyección- del sarampión, la parotiditis urliana y la rubéola en los niños. Se trata de una preparación liofilizada mixta de las cepas de virus urliano Uraba Am 9, sarampionoso Schwartz y rubeólica RA 27/3, altamente atenuadas. La edad óptima para la vacunación de los niños es el año y tres meses, a pesar que en niños mayores o en adultos la eficacia se mantiene, pero su indicación deberá atenerse a las condiciones epidermiológicas. No debe administrarse -en ese caso- a mujeres embarazadas y debe evitarse el embarazo durante los 3 meses consecutivos a la vacunación. Su administración es solamente por vía subcutánea.
La protección de los menores de la rubéola, específicamente las niñas, es un factor preventivo importante para disminuir los riesgos de una maternidad con producto deficiente mental, una vez que las pequeñas lleguen a la edad reproductiva. En Chile debiera hacerse obligatoria la vacunación contra la rubéola a todas las mujeres de 10 a 12 años, que no hicieron la enfermedad oportunamente, a fin de evitar que la contraigan durante un embarazo potencial.
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Eugenio Spencer
Universidad de Chile
INTA