Futbolistas y el daño cerebral
( Publicado en Revista Creces, Abril 2000 )
Son numerosas las investigaciones que demuestran cómo el box deteriora el cerebro, debido a la rudeza repetida de golpes que afectan al cráneo. Ello irremediablemente provoca destrucción de neuronas, que paulatinamente van afectando las capacidades intelectuales. Es frecuente en los boxeadores, la pérdida progresiva de la memoria, el deterioro de la coordinación mental y la dificultad en el lenguaje
(La antipsiquiatria: una radical redefinicion de la enfermedad mental y la locura). Pero ahora se plantea si igual daño lo pudiesen sufrir también los futbolistas que continuamente golpean la pelota con la cabeza. Se trata de un objeto de medio kilo de peso, que frecuentemente alcanza una velocidad superior a 120 kilómetros por hora y que choca bruscamente con la cabeza.
Danielle Symons y David Abwanter de la Universidad de Florida en Gainesville, decidieron estudiar el problema. Para ello seleccionaron 32 futbolistas y los compararon con igual número de nadadores (New Scientist, Octubre 2, 1999). Encontraron diferencias cognitivas significativas, ya que los futbolistas tuvieron menor rendimiento en los tests psíquicos, mayor lentitud mental y menor capacidad de pensamiento flexible.
Como este menor rendimiento podía ser inherente a los que elegían el fútbol como deporte, los investigadores realizaron un segundo estudio, en que analizaron sólo a los jugadores de fútbol, anotando los tiempos que llevaban jugando y el nivel competitivo que habían alcanzado. Encontraron que a mayores tiempos y mejor nivel competitivo, peor eran los rendimientos frente a los tests cognitivos.
Seguramente que estos resultados van a levantar polémica, no sólo por factores emocionales, sino también por razones económicas e implicaciones legales. De hecho ya, el jugador McPhail del Glasbow de Inglaterra, ha entablado una demanda ante el tribunal inglés por el daño cerebral que ha sufrido debido al repetitivo golpe de la pelota con la cabeza.
Seguramente la polémica va a continuar y más de alguien va a sugerir eliminar las jugadas con la cabeza. En todo caso, parece aconsejable que los niños que juegan fútbol, se abstengan de cabecear.