Preocupa lo que esta sucediendo con la tuberculosis
( Publicado en Revista Creces, Junio 2000 )
En Marzo de 1997, la Organización Mundial de la Salud celebró el día de la tuberculosis y en una conferencia de prensa anunció el pronto control de la enfermedad
(La organización mundial de la salud y la tuberculosis). Ello provocó airadas reacciones de los expertos, por el daño que estas declaraciones podrían producir en los gobiernos que podrían restringir los esfuerzos en la prevención y tratamiento de esta enfermedad. Lo cierto es que los vaticinios de la OMS no se han cumplido, y por el contrario, la tuberculosis en los últimos años se ha incrementado notablemente y se vaticina que para el año 2015 los casos de tuberculosis aumenten en el mundo de 7 a 10 millones. Recientemente la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard y el Instituto de la Salud de Nueva York, se han sumado a la alarma, poniendo énfasis en el incremento de las cepas resistentes a las actuales drogas disponibles para su tratamiento (Science, vol 286, Nov. 1999, pág. 1670).
Rusia es uno de los países en que el aumento es más alarmante. Después de la desintegración de la Unión Soviética, en 1991, prácticamente se colapsó su sistema de salud, con lo que ha resurgido con fuerza la tuberculosis. Las recomendaciones actuales de su tratamiento indican que éste debe mantenerse por lo menos durante seis meses. Los síntomas por lo general desaparecen después de dos meses, lo que hace pensar a los enfermos que ya están curados y dejan de tomar las píldoras. Ello, unido a la escasez de las drogas, ha incrementado notablemente el número de cepas resistentes.
Según Alex Goldfarb, ello es especialmente grave en las cárceles de Rusia, donde dice haber comprobado que el 25% de los prisioneros estaban infectados con cepas resistentes. "En Siberia, donde el frío es fuerte, se mantienen las ventanas cerradas, lo que facilita el desarrollo y extensión de la enfermedad, señala Goldfarb. Lee Reichman director del National Tuberculosis Center en New Yersey Medical School, en Newark, señala que hay tanto hacinamiento en las cárceles, que el contagio rápidamente prende entre los prisioneros. Por ello ocasionalmente se ofrecen amnistías generales, lo que crea a su vez un constante flujo de enfermos con cepas resistentes hacia la comunidad. "El sistema carcelario es una verdadera bomba epidemiológica, que libera 300.000 personas al año, de las cuales 10 mil padecen de tuberculosis activa", afirma Michael Kimerling de la Universidad de Alabama en Birminghan.