África y la conquista europea
( Publicado en Revista Creces, Diciembre 2000 )

Muchos piensan que antes que llegaran los europeos, África estaba sobre poblada de elefantes, leones, cebras y otras bestias salvajes. Pero en realidad no parece que hubiera sido así. Por el contrario, abundaba el ganado, hasta que un virus traído desde Europa lo cambio todo.

La llegada de los europeos al Africa no fue una bendición para el continente. Fueron millones los negros llevados como esclavos a Europa y América, y al término de la conquista, después de la Segunda Guerra Mundial, dejaron tras de sí sólo un continente empobrecido. Pero además, involuntariamente introdujeron una enfermedad devastadora que contribuyó a ello.

Las primeras expediciones italianas, en el año 1887, llegaron hasta el cuerno de Africa, y junto con sus caballos, introdujeron la enfermedad del ganado llamada "rinderpest", que se extendió rápidamente por toda Africa y produjo una gran mortandad de ganado, y ello llevó a trascendentes cambios ecológicos.

La enfermedad es producida por el virus rinderpest, que es un pariente cercano del sarampión y el distemper. La enfermedad es originaria del Asia Central y, según la historia, llegó a Europa traída por los ejércitos de Genghis Khan durante sus diferentes campañas. En Africa, la enfermedad no se conocía, probablemente porque los camellos, los únicos animales que cruzaban el desierto, no eran susceptibles a ella.

Por primera vez apareció en Eritrea, precisamente en el sitio de la primera visita italiana. Un año después ya estaba en Etiopía y se extendió rápidamente por Sahel y el Este de Africa. Se demoró sólo cinco años en llegar a la Costa del Atlántico y una década más tarde llegó también a Sud Africa. "Para la gente que vivía de su ganado, fue un desastre sin precedente, ya que mató a más del 90% de sus animales", según cuenta el historiador John Rowe de la Northwestern University en Evanston, Illinois, que publicó un estudio en el año 1994 (fig. 1).

Cuando esta epidemia ya se había establecido, las autoridades de la colonia británica trataron de detenerla, tendiendo un cerco de alambre de 1.500 kilómetros de largo y matando, además, a todos los animales infestados. Todo fue inútil, ya que al poco tiempo comenzaron a morir los animales en la ciudad del Cabo. Al final del siglo había muerto casi la totalidad del ganado de Africa, que en ese tiempo se estimaba en más de 5.5 millones de cabezas. El desastre no fue sólo para el ganado, sino que afectó indirectamente también a toda la población humana. Como consecuencia de ello, los campesinos no tenían bueyes para tirar el arado, ni tampoco para mover las ruedas para extraer el agua necesaria para irrigar. La población desnutrida fue víctima fácil de enfermedades nativas, como la viruela, el cólera y el tifus, y otras más que también trajeron los europeos.

John Ford, que una vez dirigió la investigación de Tripanosomiasis en Uganda, en 1981, relata que en Bukoba y Biharamulo vió disminuir la población de ganado de 400.000 a 20.000, en sólo un año. El resultado de todo esto, fue la hambruna entre los Himas en Karagwe y Ankole, de los Tutsi en Ruanda y Burundi y los Soga en Uganda. Todas estas poblaciones vivían de la leche y la carne del ganado.

Pero entre los Masai de Kenia fue donde el desastre adquirió su mayor proporción. Aún en su folklore se habla del "enkidaaroto" del año 1891 (el año de la destrucción). En ese año murió la casi totalidad de su ganado, junto con los búfalos y otras bestias salvajes. Por la defensa del escaso ganado que les quedaba, se desencadenaron devastadoras guerras. El explorador austriaco Oskar Baumann que pasó por allí en aquella época, afirma que murió más de dos tercios de la población. El botánico Scott Elliot, que viajó cerca del lago Victoria tres años después de la epidemia, relata que todo estaba devastado y prácticamente inhabitado.

Sin duda que la peste fue muy bienvenida para los conquistadores europeos de fines del siglo XIX. Para los ingleses y los alemanes fue fácil asegurar el control de Tanzania y Kenia, que se sometieron prácticamente sin resistencia. En el sur de Africa, el Herero sucumbió a los ocupantes alemanes y los Zulus debieron migrar a las minas de oro de Witwatersrand, con lo que se contribuyó a crear la posterior división entre blancos y negros en la región con el consiguiente "apartheid". Frederik Lugad un capitán inglés de aquella época, que comandaba la invasión, hace notar que el rinderpest favoreció grandemente la empresa conquistadora. "Las tribus poderosas y guerreras, habían perdido su orgullo y aceptaron resignadamente nuestra visita".


La mosca TSE TSE

Pero las ramificaciones de la plaga no terminaron allí. La desaparición del ganado facilitó el desarrollo de la mosca tsé tsé, que aun hoy día (después del SIDA) es el mayor obstáculo para el progreso del continente. Ella lleva la tripanosomiasis, una enfermedad que es letal tanto para el ganado como para los humanos y que se llama la enfermedad del sueño. Inicialmente la epidemia no fue favorable para el desarrollo de la mosca, ya que mató a sus huéspedes. Pero una vez pasada ésta, se creó un ambiente favorable en que la mosca retornó con mucha mayor intensidad.

La mosca tsé tsé adulta deposita sus larvas en la vegetación. Antes de la epidemia el ganado mantenía el pasto corto, pero sin éste, creció rápido y sin límite, retardando incluso el crecimiento de árboles y matorrales, con lo que se crearon las condiciones ideales para su desarrollo.

Cuando la epidemia pasó, la población de animales salvajes se desarrolló más rápido que el ganado, proveyendo de nuevo un huésped animal para la mosca tsé tsé.


Revolución ecológica

"Las tierras altas de Africa muy pobladas y antes libres de la mosca, rápidamente también se infestaron con ella", dice Reader. En la región del sur de Africa, en la década de 1890, había desaparecido la mosca tsé tsé, pero después del rinderpest reapareció y volvió a contaminar toda la región, llegando a infestar, en 1913, unos 5600 kilómetros cuadrados (fig. 3).

Para la gente, la extensión de esta enfermedad produjo un horrendo impacto. "La enfermedad del sueño era desconocida en muchas partes de Africa, hasta cuando se produjo el desastre de la epidemia de rinderpest. Ahora es la culpable de millones de muertes y ha llevado a que grandes extensiones de tierra hayan sido abandonadas a los animales salvajes", dice Keith Sones, Director de la consultora StockWath con sede en Nairobi. En la actualidad, medio millón de personas cada año contrae la enfermedad del sueño. De ellos mueren 100.000 en igual período. Sin duda que esta enfermedad ha constituido el más serio obstáculo para el desarrollo del continente.

Hoy día, en la mayor parte del este y el sur de Africa, se han creado dos ecosistemas diferentes. Existen áreas donde campesinos y ganado abundan y en los cuales no está la mosca tsé tsé, y por otra parte, en el oeste, de aspecto salvaje, abunda esta mosca y la población es escasa. Seguramente que antes que llegaran los europeos el mundo africano era más parecido al primer ecosistema. Su llegada lo cambió todo.



(New Scientist, Agosto 12, 2000, pág. 30).


0 Respuestas

Deje una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados.*

Buscar



Recibe los artículos en tu correo.

Le enviaremos las últimas noticias directamente en su bandeja de entrada