Científicos reafirman alarma por futuro de bosques nativos
( Publicado en "Avances del Conocimiento",
Lilian Duery, 1996, Editorial Antártica )


Principales aspectos del libro "Ecología de los Bosques Nativos de Chile", un aporte de 36 autores al conocimiento de esta área.

Los bosques nativos de Chile, aquellos que cubrieron gran parte del territorio nacional antes de la conquista española, se encuentran reducidos a menos de un tercio de su área original. La extensa destrucción pasada y la magnitud actual de la extracción de recursos forestales, en particular madera, astillas y leña, permiten concluir objetivamente que gran parte de los ecosistemas forestales chilenos desaparecerán dentro de las próximas décadas. Así se destaca en el prefacio del libro "Ecología de los Bosques Nativos de Chile" (Editorial Universitaria), editado por los doctores Juan Armesto, Carolina Villagrán y Mary Kalin, investigadores de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. La obra, de 469 páginas y auspiciada por el Departamento Técnico de Investigación de esta casa de estudios, representa un esfuerzo de la comunidad científica nacional (36 autores) por difundir el conocimiento actual de estos recursos, considerando los principales avances conceptuales y empíricos de la ecología.

El texto, acompañado de numeroso mapas, gráficos, ilustraciones y fotografías, reúne trabajos de investigadores chilenos y extranjeros sobre diversos aspectos de los ecosistemas forestales desde su escenario geológico y transformaciones históricas, hasta las perspectivas para su manejo futuro como fuente de múltiples recursos y servicios.

Sus autores señalan que para revertir la crítica situación actual de estos recursos autóctonos es necesario realizar "una transformación de las prácticas tradicionales de manejo de bosques y un esfuerzo nacional para ampliar y mejorar la distribución de las áreas protegidas, tanto estatales como privadas".

Agregan que la limitada aplicación de criterios ecológicos es la causa principal de la creciente pérdida de biodiversidad y deterioro de los mecanismos biológicos de regulación de los ciclos hídricos y de nutrientes que han afectado a los sistemas silvícolas del mundo. Se indica que los adelantos en esta área, en particular acerca del funcionamiento de los ecosistemas, conservación de especies silvestres y procesos naturales de regeneración posperturbación, han contribuido a promover cambios importantes de estas prácticas en Europa y Norteamérica.

No obstante, aseveran, "las decisiones respecto del futuro de los bosques nativos de Chile parecen haber quedado ancladas en el pasado".


Especies únicas

Se subraya que nuestros bosques nativos, clasificados como bosques templados, poseen un notable nivel de endenismo (especies que no se hallan en ninguna otra parte del mundo) en su flora vascular, estimada en un 34%. Se incluyen en esta categoría helechos, coníferas (ciprés, alerce, araucaria) y angiospermas (roble, lingue, canelo, tepa). Más aún, se agrega que la mayoría de los endenismos corresponden a géneros o familias con una sola especie en el mundo. En esta lista se hallan, por ejemplo, el olivillo, copihue, arrayán, alerce, ciprés de la cordillera, ciruelillo, keule, tepa, botellita, coicopihue, medallita, mañío (hembra), tepú, etc.

Tal como el caso de la flora, se menciona que la fauna asociada a nuestros bosques templados también presenta un alto endenismo. En el capítulo 21 del libro, se puede observar que este alcanza al 50% de las especies de peces, 80% de anfibios, 36% de reptiles, 39% de aves y 33% de mamíferos. Además estas especies endémicas se encuentran amenazadas, respectivamente en un 100%, 63%, 20%, 23% y 64%.

También se señala que algunas especies de coníferas del bosque nativo se hallan entre las más antiguas del mundo, en particular la araucaria, ciprés de la cordillera y alerce. Todas éstas pueden superar los mil años. Tanto es así, que en el texto se informa que se confirmó que el alerce es la segunda especie más longeva del mundo: 3.600 años. Se recalca que estas especies representan, a través de sus anillos el crecimiento anual, un registro único de la variación de las condiciones climáticas del hemisferio sur en los siglos pasados.

Por otra parte, se informa acerca de la gran calidad de la madera en una proporción de las especies arbóreas del bosque templado de Chile, entre las cuales destacan el alerce, ciprés, roble, araucaria, mañío, lingue, ulmo, raulí, lenga y tepa. "A pesar del reconocido valor comercial de estas especies, históricamente su explotación no ha consultado el manejo silvícola, lo que ha conducido a su extinción masiva a nivel local y regional. Debido a su precario estado de conservación, la explotación de alguna de ellas está actualmente prohibida por ley", se puntualiza.


Situación crítica

Uno de los autores del libro, el doctor Juan Armesto, junto con manifestar que las cifras de un discutido estudio del Banco Central son incluso "conservadoras", la situación es más crítica entre la VI y X Región, donde se concentra la mayor biodiversidad de especies de plantas y animales. En tal caso, la tasa de deforestación promedio anual es de un 2.4%, lo que quiere decir que, si ésta se mantiene, en los próximos 42 años se eliminaría gran parte de esta riqueza natural.

"Lamentablemente, entre esas regiones (entre el Maule y Chiloé) justamente están las áreas de mayor extensión de plantaciones de pino y eucalipto. Y allí, desde el punto de vista del bosque nativo, la industria forestal no se ha orientado a realizar un manejo sustentable. Del total de los casi 3 millones de hectáreas que están en terrenos privados, sólo alrededor de 5 mil hectáreas se manejan con criterios silvícolas", precisó el experto.

A su juicio, esta situación puede detenerse o estabilizarse si se decide cambiar nuestra forma de manejar los bosques nativos, teniendo como objetivo básico, además de la producción, la protección de la biodiversidad.

En tal sentido, su propuesta es desarrollar con mayor intensidad la industria forestal en las zonas de menor biodiversidad, entre las Regiones XI y XII. Paralelamente, entre la VI y X destaca fomentar el manejo sustentable de los bosques autóctonos (lo que implica mantener la capacidad productiva del ecosistema forestal con las mismas especies que se encontraron originalmente) y salvaguardar todos los otros productos y servicios que ofrecen estos ecosistemas.

Para cumplir con esta meta se requerirá contar con una cierta flexibilidad de las empresas, dado que, salvo los parques nacionales y reservas naturales, los bosques templados están en manos del sector privado. También, agregó, "se requerirá de que el Estado apoye esta iniciativa y que el desarrollo de una futura ley tenga un enfoque interdisciplinario, de modo de integrar los componentes más esenciales. Por ejemplo, en el actual proyecto de ley no han participado biólogos, a pesar de que son los recursos biológicos los que están en discusión; tampoco sociólogos, a pesar de que el uso de estos recursos tiene un alto impacto social".

Esta propuesta, subrayó el doctor Armesto, permite mantener varias potenciales opciones de los ecosistemas forestales, desde la variada fuente de alimentos y plantas medicinales, hasta valores escénicos, recreacionales y culturales. De lo contrario, habría una única opción: grandes extensiones de monocultivos para la producción de madera.



Lilian Duery Asfura


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