El incremento de la miopía
( Publicado en Revista Creces, Diciembre 2000 )
En los últimos años se han estado incrementando los casos de miopía en los niños, lo que se atribuye a la televisión, a los computadores y a la lectura. Se piensa que ello es debido al esfuerzo que significa la mirada a corta distancia. Ahora se ha intensificado la búsqueda de drogas que permitan corregirla.
En todas partes se está viendo como se incrementa notablemente el número de niños que deben usar anteojos debido a la miopía. Un estudio realizado en Estados Unidos en el año 1996 demostró que alrededor del 60% de las personas cuyas edades variaban entre los 23 y 34 años, padecían de miopía, mientras que la frecuencia era mucho menor (20%) en las mayores de 65 años. El fenómeno está siendo muy preocupante en partes de Asia. Así por ejemplo, el National Eye Center de Singapur, estima que más del 80% de las personas mayores de 18 años padecen actualmente de miopía.
La miopía no sólo significa el tener que usar lentes para ver mejor, sino que hay también otros riesgos que considerar. Las personas que necesitan más de 6 dioptrías correctoras tienen un gran riesgo de llegar a padecer más tarde de glaucoma y desprendimientos de la retina. Por otra parte, la miopía degenerativa es una de las grandes causas de ceguera en Estados Unidos, Inglaterra y Canadá (New Scientist, Agosto 26, 2000, pág. 33).
Como lo saben muy bien los miopes, su alteración visual comienza en la niñez y va avanzando progresivamente durante la adolescencia. Un tratamiento que detenga el deterioro puede ayudar a prevenir la miopía grave y sus complicaciones, aun cuando no va a llegar a eliminarla. Pero no se ha podido avanzar en ella mientras no se conozcan mejor los mecanismos de su génesis y desarrollo.
Desde luego no se pueden desconocer las causas genéticas. De acuerdo a estudios estadísticos de niños miopes, se puede afirmar que cuando los dos padres son miopes, sus hijos tienen seis veces más posibilidades de padecer de miopía, en relación con los que sólo tienen un padre miope o ninguno. Del mismo modo, los gemelos idénticos tienen muchas más posibilidades de padecer ambos de miopía, que los gemelos fraternos. Sin embargo, aún no se han detectado genes culpables de miopía.
En todo caso, muchos especialistas piensan que los genes serían sólo parcialmente culpables de la miopía, y que necesariamente deben existir otros factores ambientales. La mayor parte de ellos atribuyen la miopía al tener que enfocar cercanamente, como ocurre cuando se lee mucho o cuando se está muchas horas frente al computador o a la pantalla de televisión, en lugar de desarrollar actividades recreativas abiertas, como era antaño.
Según Neville McBrian de la Universidad de Melbourne "la prevalencia de miopía es mucho mayor en los que tienen trabajos de visión muy cercana". También se ha visto que la miopía progresa más rápidamente durante el año escolar, y menos durante las vacaciones (Journal of the American Optometric Association, vol 69, pág. 262). En lugares donde la gente desarrolla menos trabajo de visión cercana, como en la zona rural de Nepal o en la región amazónica de Brash, la miopía afecta sólo al 1% de la población.
La dinámica del ojo en la miopía
Lo que aún no está claro, es por qué el trabajo cercano tiene tan profundo efecto en la vista. La respuesta puede estar probablemente en cómo el ojo se las arregla para enfocar las imágenes. Como ya lo señaló hace 400 años el astrónomo Johann Kepler, en la miopía los rayos luminosos no enfocan en la retina, en el fondo del ojo. Lo hacen en cambio antes de la retina, y se cruzan, abriéndose hasta llegar a la retina, con lo que la visión allí se hace borrosa. Con lentes correctivos se dobla el ángulo de los rayos luminosos, con lo que se empuja el punto focal hacia atrás, ubicándose éste exactamente en la retina, con ello se consigue recibir una imagen clara (ver figura).
Pero el ojo del niño puede también compensar su desenfoque cambiando la forma del ojo mientras éste crece. Hace doce años, Fank Schaeffel del Hospital Universitario del Ojo en Tubingen, desarrolló una investigación en la que cubrió los ojos de un pollo con lentes "menos" que cambian el punto focal más atrás, por lo que se usan para corregir la miopía. Los pollos, que originalmente no eran miopes, comenzaron a compensar creciendo el ojo hacia atrás, de modo que pudieron llegar a enfocar apropiadamente. Pero cuando más tarde Schaeffel les retiró los lentes, los pollos quedaron miopes.
A otros pollos les puso lentes "más", que empujaron el punto focal hacia delante, terminando compensativamente con ojos más cortos que lo normal, de modo que cuando les quitó los lentes, quedaron con una hipermetropía. Lo curioso es que estos cambios ocurrieron aun si se había cortado el nervio óptico, lo que sugiere que es el ojo mismo y no el cerebro el que detecta el desenfoque y es del mismo ojo de donde parte el estímulo para corregir su defecto.
Este experimento de Schaeffel hizo que muchos comenzaran a pensar en forma diferente respecto a la miopía, atribuyendo la causa al esfuerzo de la visión cercana. Hoy la teoría más prevalente es que la lectura sería la causa del desenfoque. Cuando las personas cambian su enfoque de lejos a cerca, los músculos oculares que regulan el lente del ojo cambian su forma, de modo que enfocan a un nuevo lugar y "acomodan" para este cambio. Pero algunos niños pueden fallar para acomodar adecuadamente, tal vez porque no notan claramente la diferencia entre una imagen nítida y una algo borrosa.
Ellos crearían un pequeño desenfoque en el ojo, similar a lo que Schaeffel comprobó en los pollos que usaron lentes "menos", con lo que su ojo se elongó para compensar. Mark Rosenfild de Ia State University de New York, le pidió a adultos voluntarios seleccionar la imagen más clara de dos que él les presentó. Observó que los miopes no podían discriminar tan bien como los controles normales. Con todo no quedó claro si esta diferencia de sensibilidad era causada por la miopía o es la consecuencia de que no veían claro.
Recientemente, variaciones del experimento de Schaeffel han complicado las cosas aún más. Josh y Jonathan Wallman de la City University de New York, usando también pollos, alternaron varias veces en el día los lentes "menos" y los lentes "más", con el objeto de ver si con los dos lentes los pollos podían cancelar el efecto de cada uno y el ojo podía crecer normalmente. Para su sorpresa, observó un dominio del efecto del lente "más", aun cuando el pollo lo usara un quinto del tiempo de que usó el lente "menos".
En otro experimento los investigadores le colocaron a los pollos los lentes "más", pero sólo por dos minutos cada dos horas. Aun así, los ojos de los pollos se hicieron hipermetropes, aun cuando sólo habían usado los lentes por algunos minutos al día. Es decir, aun este breve período con lentes, bastó para llevar el punto focal más lejos de la retina, gatillando de paso la compensación y creciendo en una forma menos elongada. "Hay algo especial en los lentes "más" dijo Wallman, quien presentó recientemente sus resultados en el Octavo Congreso Internacional de Miopía, que se celebró hace pocos meses en Boston. "Aun cortos tiempos de lentes "más", contrarrestan todo el día de lentes "menos".
Estos hallazgos han hecho revivir las antiguas creencias de que poniéndoles anteojos a los niños se incrementaría la miopía. Un niño que lee todo el día sería equivalente al pollo que usa lentes "menos", y lo nubloso que un niño miope ve cuando mira un objeto a distancia sin anteojos sería equivalente al pollo usando lentes "más". "Dándole al niño anteojos podría quitarle el poderoso efecto del "Iente más", lo que sugiere que si el niño usara una dosis breve de lentes "más", tal vez podría prevenir la miopía" dice Tom Norton de la Universidad de Alabama en Birminghan.
Posibilidades de tratar la miopía con drogas
En definitiva aun cuando los científicos no saben qué es lo que causa la miopía o qué efectos correctivos tienen los lentes en el proceso, ya están ensayando drogas que permitirían moderar o prevenir esta condición. La droga en la que se ha pensado es una versión nueva y modificada de la antigua "atropina", la belladona que las antiguas damas del Renacimiento usaban para dilatar sus pupilas y oscurecer sus ojos.
Entre otras acciones, la atropina tiene la propiedad de relajar los músculos que enfocan el ojo. Durante muchos años se pensó que la miopía se producía por tensión de los músculos en el enfoque cercano, por ello es que ya en 1811 se sugería tratarla con atropina.
"Estaban usando la droga correcta, pero por razones equivocadas", dice Ian Flitcroft del Royal Victoria Eye and Ear Hospital en Dublin. Hoy en día muy pocos piensan que la miopía tenga algo que ver con estos músculos, pero a pesar de ello los experimentos muestran que la atropina detiene la evolución de la miopía. Yuing-Feng Shih de la Universidad Nacional de Taiwán en Taipei, compara el efecto de la administración de gotas de atropina en 186 niños miopes durante largos períodos de tiempo, con un grupo de miopes que durante igual tiempo recibió placebo. Encontró que el 92% de los niños que recibieron placebo, incrementó su miopía. En cambio, en los que recibieron gotas de atropina sólo se incrementó la miopía en un 39% de ellos (Journal of Ocular Pharmacology and Therapeutics, voL. 15, pág. 85). Estos resultados, también se han visto confirmados en un trabajo más reciente.
La atropina tiene una serie de problemas si se usa todos los días. Al relajar los músculos que enfocan los ojos, los niños que usan gotas de atropina tienen que usar anteojos para la visión cercana. Además la atropina dilata la pupila, haciendo a los niños muy sensibles a la luz. Por estos motivos los investigadores han estado buscando otras drogas que ofrezcan los mismos beneficios, pero sin los efectos secundarios.
Han ubicado una droga llamada pirenzapina que se ha estado usando por años para tratar las úlceras gástricas, ya que bloquea la producción de jugo gástrico. Como la atropina, la pirenzapina bloquea los receptores para la acetilcolina, pero esta última lo hace más selectivamente. En el año 1991, Richard Stone del Scheie Eye Institute de la Escuela de Medicina de la Universidad de Philadelphia en Pennsylvania, demostró que la pirenzapina podía prevenir la miopía en pollos. Stone cree que la droga puede bloquear las señales que parten de la retina y que dan instrucciones al ojo para crecer. Sin embargo, otros investigadores no están seguros de ello.
Con todo, con esta droga en Estados Unidos ya se están desarrollando los ensayos clínicos utilizando un gel oftálmico de pirenzapina. Sus efectos se controlarán durante todo este año. Aun antes de conocer los resultados definitivos, muchos ya tienen esperanzas de que ella constituye realmente un tratamiento útil para la miopía, pero desgraciadamente de ser así, éste tendría que aplicarse todos los días por diez años o más. Afortunadamente, como esta droga se ha estado usando por mucho tiempo, ya se sabe que no tiene efectos secundarios.
Un tratamiento tan prolongado no es fácil de llevar, por lo que probablemente su recomendación sería selectiva, como por ejemplo para hijos de padres con miopía grave, o en aquellos niños que su vista se está deteriorando muy rápidamente.
En todo caso, se siguen buscando drogas como la pirerizepina. Pero para encontrarlas aún se necesita saber más acerca de la forma en que las señales químicas de las diferentes partes del ojo regulan su crecimiento, para así llegar a diseñar las drogas más adecuadas que interfieran con ellas y corrijan la miopía. Finalmente, cabe señalar que también se ha estado usando en el adulto la cirugía láser que parece que efectivamente corrige la miopía permanentemente, pero algunas veces este procedimiento acarrea complicaciones y sus efectos a largo plazo aún no se conocen.
* Artículo condensado de New Scientist, Agosto 26, 2000, pág. 33