Buena justificación para una copita
( Publicado en Revista Creces, Enero 2000 )

Bien se sabe que el vino en exceso daña el hígado y puede llegar a producir una cirrosis. Pero ahora parece que unas copitas hacen bien. Se ha descubierto que el alcohol puede activar genes que inducen la producción de hormonas de crecimiento, que ayudarían a regenerar las células hepáticas dañadas. Los expertos en hígado, han recibido la noticia con escepticismo y esperan que otros repitan el experimento y tengan los mismos resultados, antes de aceptarlos a priori.

El hígado es uno de los pocos órganos que puede regenerar sus células después que éstas han sido dañadas. Pero se sabe que el abuso del alcohol va produciendo un daño hepático progresivo hasta terminar en una cirrosis.

Gerald Minuk de la Universidad de Manitova en Winnipeg, cree que el alcohol en pequeñas dosis estimularía la regeneración de las células hepáticas. Él lo afirma después de haber desarrollado un experimento en ratas, a las que separó en tres grupos y les administró por un mes, una baja dosis de alcohol, una mediana y una alta respectivamente a cada grupo. Para sorpresa de él, encontró que el primer grupo regeneraba sus células hepáticas, lo que no se observaba en las que tomaron una alta dosis.

Investigando más, descubrió que la baja dosis de alcohol activaba un gene que codificaba un factor de crecimiento, que sería el que reactivaría la regeneración de las células hepáticas. El autor a presentado los resultados de este experimento en el Congreso de la American Association for Studies of Liver Disease, celebrado en Dallas.
(New Scientist, Noviembre 13 de 1999, pág. 17).



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