Viaje entre las estrellas. Espacio - tiempo
( Publicado en Revista Creces, Julio 2000 )
La gran limitante para viajar por el Universo es que nada puede ir más rápido que la velocidad de la luz, y ésta es muy lenta para las enormes distancias que habría que recorrer. Pero nuevos cálculos basados en la teoría de la relatividad de Einstein permitirían pensar que los túneles del tiempo intergalácticos (wormholes) podrían existir. Estos serían largos y estables, como para permitir los vuelos intergalácticos (New Scientist, Abril 15, 2000, pág. 12).
La posibilidad de que el cosmos esté acribillado por cortes de espacio-tiempo, es algo que ha intrigado a mucha gente desde el año 1915, cuando el teórico alemán Ludwig Flamm dedujo su existencia, basándose en las ecuaciones de Einstein. Mientras trataba de unificar las leyes fundamentales de la naturaleza le pareció que podían existir pequeños túneles. Sin embargo, la mayor parte de los expertos pensó que ello no era posible, porque las leyes fundamentales de la física impedían la formación de ellos (no sólo porque parecía teóricamente imposible que viajeros del tiempo lo hicieran retroceder y previnieran su nacimiento al matar a sus progenitores, o si por un accidente mataran a uno de sus padres).
Un teórico ruso ha encontrado un nuevo tipo de túnel que sería compatible con las leyes de física conocidas y que sería tan largo y tan estable como usted lo desee. De acuerdo a Sergei Krasnikov, un experto del Observatorio Pulkobo en St Petersburg, los argumentos contra la existencia de grandes túneles asumen que para que éstos estén abiertos, todos tendrían que tener la misma forma básica y tendrían que estar hechos con "materia exótica" (New Scientific, Septiembre 6, 1997, pág. 49).
Esta materia exótica nunca ha sido vista, pero la teoría sugiere que cuando el espacio-tiempo se curva en la manera adecuada, podría ésta crearse literalmente de la nada. Lo que Krasnikov dice se refiere a un nuevo tipo de túnel que podría crear su propia necesidad de materia exótica, en cantidad tal como para tener un túnel abierto lo suficientemente grande como para que la gente lo use. Frente a esta afirmación, otros teóricos afirman estar intrigados por estos trabajos, y se mantienen alerta. Paul Davies del Imperial College de Londres, señala que "probar que algo es teóricamente posible, no prueba que ello exista".
Krasnikov acepta que demostrar su hipótesis construyendo un túnel, está más allá de las tecnologías que hoy conocemos. "Sin embargo estos túneles pueden haber quedado desde el Big Bang, lo que tendría dramáticos efectos en los viajes interestelares", señala Krasnikov. ¡Habría que buscarlos!