Los vacunos clonados tienen los telomeros más largos
( Publicado en Revista Creces, Julio 2000 )

La oveja Dolly nació vieja, porque sus telomeros eran cortos, del tamaño correspondiente a los telomeros de las células de la madre. Pero ahora, al clonar terneros, se ha comprobado que sus telomeros son más largos que los de terneros normales, por lo que se supone que estos vivirán más. Si lo mismo sucediese en células humanas, se abren grandes posibilidades para producir tejidos de reemplazo.

ntemente renovando por un permanente reemplazo. En el proceso las células se están continuamente replicando, pero esto es posible sólo por un determinado número de veces que está genéticamente determinado. El número de veces que las células pueden dividirse varía de un tejido a otro. Hay algunos de rápida división, como son las células de la sangre o de la mucosa intestinal y en el otro extremo están las células cerebrales, que prácticamente no se dividen y perduran por toda la vida.

En los extremos de los cromosomas de cada una de las células existen los llamados "telómeros", que son trozos de DNA que parecen ser importantes para proteger el DNA mitocondrial durante la división celular. Estos telómeros se acortan con cada división de la célula, de modo que la determinación de su tamaño da una idea de la edad de la misma.

Cuando hace tres años se consiguió clonar a la oveja Dolly a partir de una célula adulta tomada de la ubre de la madre, muchos investigadores se preguntaron cuánto tiempo iba ésta a vivir. Se había clonado a partir de una célula que ya se había dividido varias veces, y que por lo tanto tenía una determinada edad, era lógico pensar que las células de Dolly partieran desde ese punto. Es decir, que naciera de la edad de la madre. Efectivamente así fue. El año recién pasado se comunicó que los telómeros de Dolly eran más cortos y su tamaño correspondía al de la célula que le dio origen, y por lo tanto ella tendría la edad de la madre Dolly (La oveja Dolly y sus telómeros).

La noticia fue decepcionante, ya que se esperaba que el proceso de la clonación permitiera en el futuro cultivar células de un embrión humano clonado para usarlas de reemplazo en tejidos dañados que no funcionaran adecuadamente. La clonación de las propias células del paciente evitaría que al implantarse, éstas fueran rechazadas por su sistema inmunológico que las reconocería como propias. Pero si las células clonadas ya eran viejas, ellas se deteriorarían más rápidamente que lo deseado, lo que haría poco atractivo el proceso.


En los terneros la cosa es diferente

Recientemente, Robert Lanza y sus colaboradores del Advanced Cell Technology en Worcester, Massachussetts (ACT), han comunicado que al clonar seis terneros, comprueban que los telómeros de sus células son incluso más largos que los normales (Science, vol. 288, pág. 586, Abril 2000). Más aún, al cultivar sus células en el laboratorio, éstas se dividen más veces que las células normales.

Los autores no encuentran una explicación adecuada para esta diferencia tan dramática, con respecto a lo que se había descrito en la oveja Dolly. Ellos no creen que estos diferentes hallazgos se deban a que las especies son distintas. Más bien piensan que el método empleado por ellos fue diferente al método empleado en la clonación de Dolly. En ese caso, las células de la oveja madre se sometieron previamente a una prolongada deficiencia de nutrientes, con el objeto de detenerlas en una etapa específica de su ciclo. Esto no se realizó con las células de los terneros.

Los autores tomaron células fetales de terneros y las cultivaron durante varios meses, observando su replicación hasta que envejecieron. Luego estas mismas células las colocaron en un óvulo enucleado de ternero, para finalmente colocarlas en el útero de una vaca. Los animales que nacieron presentaron en un comienzo las características descritas de animales clonados, es decir, eran de mayor tamaño, tenían además hipertensión y dificultades en su respiración. Pero a los dos meses de edad, todos estos síntomas habían desaparecido y el aspecto de los terneros era normal. Al examinar los telómeros en las células de la sangre, encontraron que éstos eran más largos que los que le correspondían a un ternero recién nacido normal. Examinaron también otras células de los mismos terneros, los fibroblastos y encontraron que éstas expresaban un alto nivel de un gene denominado EPC-1, que constantemente se encuentra elevado en las células jóvenes y que se relaciona con los procesos de división y proliferación celular.

En un experimento relacionado, los investigadores consiguieron clonar fetos de ternero, pero esta vez a partir de células adultas. Las células embrionarias las mantuvieron en cultivo hasta su senescencia, Observaron que ellas se dividían en un promedio de 97 veces, comparado con 61 que se dividen las células de fetos de ternero normal. Según estos resultados, se esperaría que los terneros clonados tuvieran una vida más prolongada que la de un ternero normal. Para certificarlo, tendrán que esperar hasta que ellos tengan 20 años, edad que es lo normal que viva un vacuno.


Perspectivas futuras

Si estos hallazgos se corroboraran en clonaciones de células humanas, se abriría una posibilidad cierta para el futuro tratamiento de reemplazo de células o tejidos en pacientes que padezcan de enfermedades degenerativas.

Para ello habría que tomar óvulos humanos, enuclearlos o introducirle el núcleo de la célula del donante. En el caso de los animales, en que se busca clonar un animal entero, se inserta un embrión resultante en el útero de una madre sustituta hasta llegar al desarrollo completo del animal. En cambio, cuando el objetivo es terapéutico, simplemente se llega hasta el desarrollo del embrión, en la etapa en que se tienen células troncales (stem cell). Estas serían las que se utilizarían para posteriormente cultivarlas y reproducir tejidos.

De este modo, utilizando el núcleo de una célula adulta del paciente, éste se insertaría en un óvulo que ha sido previamente enucleado. Incluso este óvulo puede no ser humano (Creces, Mayo 1999, pág. 1l). Todo el cultivo se realiza en el laboratorio.

Pero este tipo de investigaciones en que se utilizan células humanas para llegar a un embrión humano, no está permitido en todos los países, dado que estas tecnologías podrían dar pábulo a las pretensiones de clonar seres humanos, lo que definitivamente se rechaza desde el punto de vista ético. Con todo, dado los beneficios que se pueden derivar de esta nueva tecnología que permite producir embriones humanos para utilizar sus células con fines terapéuticos, comienza ya a reconsiderarse la prohibición absoluta que ha habido hasta ahora. Así está sucediendo tanto en Inglaterra como en los Estados Unidos. A pesar de ello, persisten para muchos los problemas éticos derivados de llegar a producir embriones humanos, aun cuando se piense utilizarlos sólo con fines terapéuticos.


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