Como iluminar la tierra
( Publicado en Revista Creces, Agosto 1998 )

Un ambicioso programa en el que está involucrada Rusia, pretende colocar espejos en el cielo para iluminar todo el continente ártico durante el largo invierno, pero el proyecto ha despertado gran resistencia entre los astrónomos, ya que tendrán dificultades para seguir observando el cielo.

Un consorcio de compañías espaciales intenta lanzar un espejo gigante al espacio, que reflejara hacia la Tierra la luz solar. El artefacto aparecerá en el cielo 10 veces más brillante que la Luna. El experimento, llamado "Znamya 2.5" ha sido elaborado por el Space Regatta Consorcium (SRC). Las compañías comprometidas, lideradas por "Energía de Korolev", ubicada cerca de Moscú, espera que si tiene éxito, enviar luego 200 reflectores más y así iluminar todo el Continente Ártico durante la larga noche invernal.

Los astrónomos están indignados. Si el proyecto se lleva a cabo, dice Daniel Green del Harvard Smithsonian Center en Cambridge Massachusetts, será el fin de la astronomía basada en observaciones terrestres.

Antes del fin de la estación MIR, el 9 de noviembre de 1999, fue visitada por la nave espacial Progess. Esta aprovechará para colocar en el espacio un reflector fabricado en aluminio de 25 metros de diámetro (Mylar). La tripulación de la estación MIR, mediante bastones, orientará la luz reflejada hacia el Hemisferio Norte.

Un experimento similar tuvo lugar en Febrero de 1993 (New Scientíst, Octubre 1992). En ese entonces el espejo medía 20 metros de diámetro y era sólo tan brillante como la Luna, ya que la superficie reflectante no formaba un disco completo. Desgraciadamente tampoco pudo ser manejado por control remoto. Ahora, dice Chris Faranetta Director de Energía U.S., "queremos ensayar una nueva forma de reflector y que además sea posible controlarlo remotamente".

Znamya 2.5 será entre 5 y 1 0 veces más brillante que su predecesor. Si este ensayo resulta, el programa continuará con un segundo reflector de 70 metros de diámetro, que reflejaría una luz equivalente a 100 veces la brillantes de la Luna.

Si todo sale bien, la idea es continuar, hasta completar 200 reflectores colocados en el espacio, que iluminarían todo el Continente Ártico. Pero antes tienen que arreglárselas para bajar los costos a un mínimo, hasta que el proyecto sea competitivo con la construcción de plantas eléctricas convencionales colocadas en la región.

Con todo, los astrónomos tienen razón para estar enojados, ya que les va a ser muy difícil observar el cielo en búsqueda de objetos no muy luminosos. Ya ahora tienen que quedarse en sus casas cuando en el cielo hay Luna. Se trata, dicen ellos, de una contaminación luminosa que hay que impedir. Con el proyecto completo, la iluminación sería tal que alcanzaría a Londres, Bruselas, Seattie o Kiev (Ver figura) (New Scíentist, Junio 20, 1998). Para ese entonces se verán 200 lunas muy brillantes en el cielo, una para cada enamorado.



(Artículo aparecido en Revista Creces, Agosto 1998, pág. 15).



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