El Ministerio de Salud (Minsal) ya dio el primer paso. Mil seiscientas vacunas, casi el doble del año 1999, fueron compradas para preparar el frente de ataque a un terrible enemigo: el virus de la gripe o influenza. La ofensiva ha sido masiva y se vacunó a todos los mayores de 65 años pertenecientes o no al sistema público de salud, a los pacientes con enfermedades crónicas pulmonares o cardiacas y a los con inmunodepresión. También a niños menores con bronquitis obstructiva y todo el personal de los servicios públicos de atención primaria.

El virus A(H3/N2) Sydney, el mismo que colapsó los servicios de emergencia en Europa y Estados Unidos, preocupa a las autoridades por la fuerza con que llegaría a Chile. Antes que el virus se propague, la prevención es lo más importante y es por eso que el Minsal comenzó la campaña de invierno a comienzos de abril, a fin de que la población estuviera preparada y educada para soportar adecuadamente los embates de la gripe (influenza).

La influenza (gripe) no es una visita inesperada. Existen redes de monitoreo alertas durante todo el año que siguen y estudian el virus y sus mutaciones. El Instituto de Salud Pública (ISP) cuenta con un modelo de vigilancia que, a través de centros centinelas ubicados en los hospitales de las principales ciudades de Chile, monitorea la aparición de la influenza estacional y sus efectos en los sistemas de salud, además de identificar y seguir la propagación de las variantes del virus de la gripe. El Laboratorio de Infectología y Virología, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, es otro centro que desde hace cinco años desarrolla técnicas de diagnóstico de virus respiratorios en diversos centros de salud de la región metropolitana que han funcionado como centro vigía.

Ambas redes de vigilancia utilizan la técnica de detección de virus por inmunofluorescencia, que se encuentran en las muestras tomadas de pacientes que presentan síntomas gripales o que están hospitalizados. El ISP envía los casos de influenza confirmados y su tipificación al centro de influenza de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra.

La actividad de la gripe en el mundo es monitoreada internacionalmente a través de cuatro Centros de Colaboración de la OMS, ellos son: Centro de Control y Prevención de Enfermedades, Atlanta, Georgia en Estados Unidos; el Instituto Nacional para la Investigación Nacional, Londres en Inglaterra; los Laboratorios de Suero de la Commonwealth, Victoria, Australia, y el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, Tokio, Japón. También existe una cadena de 110 centros nacionales para el control de la gripe en 83 países dentro de los cuales está Chile. La OMS utiliza la red Internet Flunet para mantenerse siempre unida con los diferentes puntos de vigilancia a nivel mundial.


Los síntomas de la influenza

La influenza o gripe es una enfermedad viral altamente contagiosa que ocurre por lo general en los meses de invierno. Es una patología febril, infecciosa, aguda y temporal, causada por un virus de la familia Ortomixoviridae, único dentro de los virus respiratorios. La gripe se caracteriza por brotes explosivos en diferentes áreas geográficas, que duran entre seis a ocho semanas.

La sintomatología de la gripe es la siguiente: brote repentino de los síntomas; dolor de cabeza, escalofríos y tos seca en un principio. La fiebre aumenta rápidamente (en los niños puede llegar hasta los 41 grados) en las primeras 24 horas de la enfermedad y puede durar toda la semana; intensos dolores musculares, sobre todo en las articulaciones. La persona queda postrada en la cama, sin deseos de realizar la más mínima actividad, con fatiga y muy débil. Los síntomas respiratorios pueden ser más dominantes a medida que los dolores musculares disminuyen. Aunque sea una influenza sin complicaciones, que se resuelve después de unos cinco a siete días, la inflamación de la garganta, la tos y el desgano, pueden durar hasta dos semanas.

Neumonías virales o bacterianas son las complicaciones respiratorias más serias que amenazan la vida, especialmente de los ancianos, pacientes con inmunodeficiencia y con enfermedades crónicas. La bronquitis crónica y el asma pueden agravarse por la gripe. Otras complicaciones más comunes son la bronquitis, otitis media, sinusitis y bronquiolitis en bebés y niños. Por lo tanto, la gripe requiere siempre tratamiento médico.


Gripe e influenza: una misma enfermedad

Es muy común que las personas tiendan a pensar que la influenza y la gripe son dos enfermedades diferentes. El término influenza puede sonar alarmante a los oídos, en cambio decir "tengo gripe" es referirse a un resfrío fuerte que ensucia muchos pañuelos y que puede hasta dejarnos unos días en cama con el ánimo por los suelos. Grave error, la influenza y gripe son una misma patología causada por el mismo tipo de virus; una u otra palabra no le dan ni le quitan más seriedad a la enfermedad. La clara diferencia está entre la influenza o gripe y el resfrío común. El resfrío común es producido por los rinovirus y corona virus - diferentes de los virus tipo A y B que son los causantes de la gripe o influenza -, que producen esencialmente rinitis con abundante mucosidad y congestión nasal, además de faringitis y sinusitis moderada. En el resfrío sólo se comprometen las vías respiratorias superiores ( nariz, oído y garganta) y no hay síntomas generales severos.


Gripe v/s resfrío

Habitualmente, las personas confunden la gripe o influenza con el resfrío común. En el cuadro se muestran las características diferenciales para distinguir cada enfermedad.



María José Pinto G.