El genoma de las plantas
( Publicado en Revista Creces, Mayo 2000 )
Ya está por completarse el genoma humano. Se ha secuenciado también el genoma de bacterias y levaduras y de pequeños organismos multicelulares, como la lombriz "Caenorhabditis elegants"
(Por primera vez se ha secuenciado el genoma completo de un ser multicelular) y el de la drosofila o mosca de la fruta
(El genoma de la mosca de la fruta) . Pero también se está secuenciando el genoma de las plantas. Hace un mes los investigadores anunciaron que habían completado la secuenciación de dos cromosomas de una planta, la "Arabidopsis thaliana", una pequeña planta que los genetistas vegetales han estado utilizando como modelo por su aparente sencillez, ya que sólo tiene cinco cromosomas. Afirman que al finalizar el año, habrán terminado de secuenciar el resto de su genoma (Science, Enero 21, pág. 412, 2000). También se ha comenzado a secuenciar el genoma de plantas mayores, incluyendo el arroz, cuyos genomas son mucho más complejos. Basta señalar que el genoma de la arabidopsis tiene 110 megabases de DNA, mientras que el del maíz tiene 4.500 megabases de DNA.
Pero secuenciar el genoma es la parte fácil. Después viene una segunda etapa, la cual es individualizar los diferentes genes y llegar a determinar cuál es la función de cada uno de ellos y cómo actúan en el conjunto entre sí. Para el caso de la arabidopsis, de los dos cromosomas ya estudiados se conocen las funciones del 60%. En el futuro habría que conocer las funciones del resto. Es importante llegar a descifrar las funciones de los genes de la arabidopsis ya que muchos de sus genes son comunes o similares a los de otras plantas, de modo que conocer la función de sus genes va a ayudar mucho a conocer los genes de otras plantas más complejas. Según dicen los genetistas vegetales, la arabidopsis va a ser la Piedra Roseta, que va a permitir descifrar el genoma más complejo de las otras plantas.
Conocer las funciones de todos y cada uno de los genes, tiene una tremenda importancia. Algunos genes regulan el crecimiento de las hojas, otros el de las raíces o de los frutos, otros, en fin, están encargados de la función de los cloroplastos para producir energía a partir de la radiación solar, y así sucesivamente cada uno o un conjunto de ellos tiene su propia función. Cuando se conozca la función específica de todos, se va a poder actuar sobre ellos, inhibiendo o estimulando la función, con lo que se va a iniciar una nueva etapa en la manipulación genética de las plantas. Hasta ahora lo que se ha hecho es sólo transferir genes, cuya función se conoce en una determinada especie, a una planta (plantas transgénicas), con lo se consigue que ésta adquiera propiedades que antes no poseía. A esas tecnologías se les va a agregar ahora estas otras, cual es inhibir o potenciar sus propios genes, consiguiendo así modificaciones de la planta de acuerdo a los deseos del productor: Un árbol sin lignina, una fruta de mayor tamaño o de mejor sabor, mayor resistencia a enfermedades, más eficiente en la utilización de la radiación solar, de mayor crecimiento, etc. Todo esto es lo que necesariamente acontecerá en los próximos años, de modo que oponerse ahora, sin mayor fundamento a las "plantas transgénicas", no tiene sentido. Los países que ahora se opongan a estas nuevas tecnologías, simplemente estarán dejando pasar una oportunidad. Ojalá que el nuestro no sea tan ciego.