De acuerdo a la denominación del pentágono, éstos se han llamado "Unmanned Aerial Vehicles", o para más corto UAV. Su vuelo es manejado desde estaciones en tierra y están provistos de cámaras fotográficas, rayos infrarrojos y otros sensores. Su objetivo es la localización del enemigo, registrar los movimientos de tropas o evaluar los daños de los bombardeos. Su tamaño no es tan pequeño, ya que sus alas miden nueve metros y su largo es de siete metros.

Tienen las ventajas de ser pequeños, de un menor costo, pueden volar por horas y no arriesgan a un piloto. Sin embargo, durante tres meses de operación en Kosovo, se perdieron 15 de estos aparatos por accidentes y muchos más fueron destruidos, mientras que se perdió sólo un bombardero tripulado (un F-117 A). Por ello han surgido muchos críticos de su uso.

Sin embargo, es el ánimo de la Fuerza Aérea seguir ensayándolos para usarlos a gran altura en la atmósfera, reemplazando satélites o para proveerlos de bombas.


(Scientific American, Septiembre1999, Pág. 25).