Cuidado con las culebras muertas
( Publicado en Revista Creces, Mayo 2000 )

Jeffrey Suchard y Frank LoVecchio del Good Samaritan Regional Medical Center en Phoenix, describieron en el New England Journal of Medicine, cinco casos de personas que se llevaron la sorpresa de su vida al ser mordidos por serpientes muertas. Según Suchard, hay que tener mucho cuidado, porque las serpientes muertas mantienen algunos reflejos primitivos, y al tomarlas inyectan su veneno. Este se gatilla, aun después de muerta, por los sensores infrarrojos ubicados en la superficie de la mandíbula (Creces, Julio 1999, pág. 5).

Un paciente mató una serpiente con un palo y después la levantó con la mano, tomándola por la cabeza. Esta lo mordió en el dedo. Otro paciente relata que golpeó a la serpiente numerosas veces y la observó por más de cinco minutos, no percibió movimientos. La levantó, y ésta lo mordió también en un dedo. Un tercer paciente señala que decapitó una serpiente y luego tomó la cabeza. Entonces lo mordió, lo que le costó perder el brazo. Hechos semejantes sucedieron con otros dos pacientes, a los que también les mordieron las manos con graves consecuencias. Uno de ellos señaló que disparó a la serpiente varios tiros de pistola y que uno le dio en la cabeza, matándola definitivamente, pero que más tarde al tomarla, también corrió igual suerte.

Los autores concluyen que aun las cabezas decapitadas de serpientes no deben tomarse, al menos hasta después de 60 minutos. Conclusión: "no hay que confiar en las serpientes aunque estén muertas".


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