Ciertos casos del síndrome premenstrual caen en rango psiquiátrico
( Publicado en "Avances del Conocimiento",
Lilian Duery, 1996, Editorial Antártica )


Frente a síntomas muy intensos y drásticos, la siquiatría de hoy pretende convertir al síndrome premenstrual en una de las tantas categorías de enfermedades mentales. Pero surgen críticas.

Se definió este transtorno como "Desorden Disfórico Premenstrual" (PMDD), correspondiendo a una forma inespecífica de depresión.

Es común, aunque no fácilmente controlable, que pocos días antes de la menstruación la mujer experimente cambios de su personalidad: sobreviene depresión, ansiedad, mal humor o irritabilidad. Todas estas variaciones emocionales que aparecen tan abruptamente y descoordinadas con los estímulos externos, comienzan a desaparecer tras hacerse evidente el período. Este estado tan frecuente suele denominarse "síndrome premenstrual", pero ahora se pretende que cambie de nombre bajo determinados casos. Cabe hacer notar que en medicina la palabra "síndrome" no significa enfermedad, sino que se usa para denominar un conjunto de síntomas y signos que definen clínicamente un estado morboso. En un porcentaje que puede alcanzar el 5%, esos síntomas pueden presentarse en forma más intensa. A estos casos, entonces, la Asociación Americana de Psiquiatría decidió categorizarlos como una real enfermedad mental (New Scientist) y que por ello esas personas afectadas deberían consultar a un psiquiatra. Tal pronunciamiento ha derivado en una fuerte polémica entre los especialistas y muchas voces se han levantado en contra de esta noticia.

Paula Caplan, psicóloga de la Universidad de Toronto, afirma que esto es un ejemplo clásico de una decisión no científica, motivada por intereses económicos de los psiquiatras y por "enfermizas" ideologías antifeministas. Varios otros especialistas afirman que tal enfermedad no existe y que, por lo tanto, ese conjunto de síntomas debe seguir llamándose sencillamente síndrome premenstrual. Pero la resolución está tomada:la cuarta edición de la "biblia" de los psiquiatras, el "Manual de Diagnóstico y Estadística", incluirá como enfermedad este trastorno pasajero, catalogado como "Desorden Disfórico Premenstrual" (PMDD), correspondiendo a una forma no especificada de depresión. Sin embargo, temiendo que las críticas sean muchas, en la descripción se aclara que sólo se trata de una proposición diagnóstica que necesita mayores estudios.


Definición del trastorno

De acuerdo con ese libro, para diagnosticar esta enfermedad la mujer tiene que presentar síntomas que aparecen en la última semana previa al período, pero que estos mismos deben desaparecer a los pocos días que éste se inicie. La otra característica condicionante mencionada es que los síntomas se presenten durante la mayor parte de los ciclos del último año. Otro requisito consiste en que las alteraciones en la mujer tienen que ser lo suficientemente intensas como para que interfieran notablemente en su trabajo, educación o relaciones sociales. Finalmente, la mujer tiene que padecer por lo menos cinco síntomas de lo que se señalan a continuación:

  • Marcada depresión, mal humor y sentimientos de desesperanza.

  • Marcada ansiedad y tensión.

  • Marcada labilidad afectiva (como súbita tristeza).

  • Persistente y marcada irritabilidad o enojos.

  • Disminución del interés en su desempeño laboral, en sus amigos, en la educación o en sus hobbies.

  • Dificultad en la capacidad de concentración.

  • Letargia.

  • Notables cambios en el apetito.

  • Hipersomnia (mucho sueño) o insomnio.

  • Sensación de sentirse abrumada o fuera de control.

  • Síntomas físicos, como endurecimiento de los pechos, dolores de cabeza y de articulaciones o músculos, sentirse hinchada o con aumento de peso.


    Lista de causas

    Aun cuando sus causas no están perfectamente definidas (en el síndrome o enfermedad), todo parece indicar que se debe a desequilibrios hormonales. Estos comprometerían a la producción de progesterona, estrógenos y otras sustancias químicas cuya liberación o inhibición controla centralmente la glándula hipofisiaria, ubicada en la base del cerebro.

    En la mujer normal, al inicio de cada ciclo la hipófisis envía señales químicas a los ovarios y de esta manera, comienza a madurar un óvulo envuelto en una capa de células. Por otra parte, y simultáneamente, otros estímulos de la glándula empiezan a preparar la mucosa del útero para recibir y anidar al potencial óvulo fecundado. Más tarde, cuando el óvulo ha crecido lo suficiente, la capa celular que lo rodea se rompe y éste se desliza a las trompas de Falopio, donde tiene lugar la fertilización por el espermatozoide. Si ésta no se produce, el óvulo muere y se elimina por la vía vaginal junto con la mucosa uterina que se había preparado para acogerlo, lo que constituye la menstruación.

    Estos estímulos hipofisiarios se realizan por medio de las hormonas (estrógenos y progesterona) y es por tal razón que ellas sufren grandes oscilaciones en sus niveles sanguíneos. Para algunos expertos, el proceso patológico se debería entonces a la producción de poca progesterona o muchos estrógenos en relación a ella. Otros creen que la explicación estaría en otra hormona hipofisiaria, la prolactina. Algunos creen que se bloquearía la producción de endorfinas en el cerebro. También hay quienes creen que la alteración no es de origen hormonal y que más bien se debería a una disminución de la glucosa en la sangre o a una deficiencia de vitamina B o a una reducción del ión potasio en las células. Finalmente, otros piensan que el trastorno responde a un aumento de las prostaglandinas, que son sustancias semejantes a las hormonas y que se encuentran en todas las células interviniendo en distintas funciones de ellas.

    Parece obvio que no están claras las causas y, por lo mismo, tal vez tengan razón los que opinan que ha sido muy prematura la decisión de la Asociación Americana de Psiquiatría en cuanto a registrar a este cuadro como enfermedad.


    ¿Por qué tanta preocupación?

    Muchos creen que tal adopción podría dañar socialmente a la mujer desde el punto de vista legal. Por ejemplo, los abogados podrían utilizar este diagnóstico como un argumento legal contra ella en los litigios que involucren la protección de los hijos. O bien, que haya problemas con compañías de seguros de salud o que este dictamen médico perjudique a la mujer en las oportunidades de trabajo.

    Las repercusiones legales ya se han hecho presentes en más de una corte, por ahora a favor del sexo femenino. Por ejemplo, Sandie Smith asesinó a cuchilladas a un hombre y el juez aceptó como circunstancia atenuante la enfermedad mental en cuestión (PMDD) que padecía la mujer en el momento de cometer el delito. En otro caso, Cristina English, una mujer divorciada, atropelló con su auto a su amante y lo aplastó contra un poste de teléfono. El Juez la acusó de homicidio no premeditado en lugar de asesinato en atención a su menor responsabilidad alegada por su abogado. Su defendida sufría de PMDD.

    En otro caso en EE.UU., el abogado de Shiley Santos basó su defensa en que su clienta (de Brooklyn) al golpear y maltratar a su pequeño hijo "estaba en el período menstrual y, por lo tanto, su responsabilidad era limitada". En fin, los ejemplos son muchos y parecen multiplicarse.


    ¿Existe tratamiento?

    La doctora K. Dalton, que cree que la causa es hormonal, sostiene que debe administrarse progesterona como tratamiento. Dice haber tratado a miles de mujeres con las intensas sintomatologías de la enfermedad y afirma haber tenido mucho éxito, aun cuando reconoce que nunca hizo una evaluación científica de su pauta terapéutica. Otros investigadores, empero, temen por los efectos colaterales de dicha hormona, dado que ésta puede inducir la formación de tumores mamarios.

    A cambio, ellos prefieren restringirse a indicaciones dietéticas, como disminuir la sal, ya que creen haber observado una edematización (acumulación de agua en los tejidos que produce hinchazón) del cerebro durante el período en que se presentan estos síntomas. También se preconiza una menor ingesta de grasas y café, como asimismo evitar toda situación que conduzca al estrés. Esto último, algo difícil de conseguir en los tiempos actuales.

    En todo caso, para los hombres, la única recomendación cierta es que tengan más paciencia frente a estos arrebatos de las mujeres, ya que es sólo cuestión de días.



    Lilian Duery


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