Prebióticos. Fuente de salud
( Publicado en Revista Creces, Noviembre 2000 )
La leche no es solo el alimento mas completo para la raza humana, sino también el primero y el que podría acompañar toda la vida, si se modifica adecuadamente mejorando su palatabilidad y digestibilidad. Es aquí donde los cultivos lácticos pueden desarrollar una función muy valiosa que influye positivamente en el bienestar de las personas.
Ya en 1908 el científico ruso Elie Metchnikoff, perteneciente al Instituto Pasteur de París, sugería que el hombre podría prolongar y mejorar su calidad de vida ingiriendo leche modificada mediante cultivos lácticos.
El postulaba que los lactobacilos desplazaban la flora microbiana del tracto gastrointestinal la que a menudo produce toxinas, que podrían dar como resultado una disminución del tiempo de vida de la persona. Sin embargo la comprobación de esta teoría no pudo verificarse sino hasta hace pocos años.
Algo curioso es que la teoría de Metchnikoff se basaba en la longevidad que experimentaban los pueblos de la región búlgara, como resultado del consumo de grandes cantidades de leche acidulada con un lactobacilo al que se le dio el nombre de Bacillus bulgaricus, el que hoy en día es usado universalmente junto al Streptococcus thermophilus en la elaboración de yoghurt.
Posteriormente se ha demostrado que el lactobacilo que presenta afinidad para implantarse en el tracto gastrointestinal humano es el Lactobacillus acidophilus y no el bulgaricus, el que aunque está presente en la leche no coloniza el tracto intestinal.
Es sabido que al nacer, la flora intestinal está compuesta por Lactobacillus acidophilus y Lactobacillus bifidus los que a medida que se asciende en edad van siendo desplazados por una flora de tipo coliforme.
En 1935 Rettger y colaboradores demostraron que los desordenes en el tracto intestinal como diarreas, constipación, irritación del colon podían mejorar con la ingesta de leche acidulada que contuviese una cantidad elevada de Lactobacillus acidopbilus.
El consumo de antibióticos de amplio espectro junto con eliminar los microorganismos indeseables para los que se aplica un determinado tratamiento, elimina también microorganismos benéficos, protectores y que mantienen el equilibrio de la flora intestinal. Esto hace que microorganismos presentes en pequeño número; pero resistentes a los antibióticos proliferen promoviendo molestos problemas intestinales.
El progreso en la obtención de cultivos lácticos más resistentes a las bajas temperaturas y a la acción de otros microorganismos, junto con la posibilidad de obtener estos cultivos en forma más concentrada y también liofilizada, ha permitido la elaboración de leche acidófila o cultivada sin problemas de viabilidad de los cultivos. Estos son adicionados a la leche pasteurizada y luego dejados en reposo por aproximadamente doce horas. Luego la leche es envasada en condiciones de asepsia "ultra limpia" para conseguir una vida útil mínima de 30 días, con la ventaja de poseer una cantidad de microorganismos benéficos viables que puede alcanzar hasta un millón de células de Lactobacillus acidophilus por milílitro. Se posibilita de este modo que, con un consumo diario de alrededor do 100 milílitros de un producto con la adecuada cantidad de cultivos lácticos se transforme paulatinamente la flora intestinal de la persona, generando una población mucho más "amistosa" y saludable.
El Lactobacillus acidophilus actúa muchas veces en combinación con otras especies microbianas benéficas como son el Lactobacillus casei, el Lactobacillus bifidus y el Lactobacillus rhamnnosus, conocido también como Lactobacillus GG.
De ahí que se ha dado en definir como "PROBIOTICOS" a aquellos microorganismos que al ser consumidos regularmente pueden resultar benéficos para la salud humana. De este concepto es derivado otro que es el de "Nutraceuticos" que son aquellos alimentos que otorgan beneficios a la salud de quienes los consumen y de los que se puede documentar científicamente que sirven para prevenir o tratar infecciones y enfermedades.
Los organismos probióticos deben poseer una serie de características que les permitan producir los resultados positivos que de estos microorganismos se espera. Los atributos más importantes de un buen probiótico son los siguientes:
1.- No deben ser patógenos ni tóxicos.
2.- Deben ser capaces de ejercer un efecto benéfico en el huésped por ejemplo prevenir infecciones o enfermedades, mejorar la salud o la nutrición.
3.- Deben poseer la habilidad para colonizar el epitelio intestinal.
4.- Deben ser capaces de utilizar nutrientes y sustratos disponibles en las dietas normales.
5.- Deben sobrevivir al paso a través del sistema digestivo.
6.- Deberían tener una buena viabilidad en la forma en que se suministran, ya sea en postres, yoghurt, bebidas aciduladas, quesos a cápsulas y tabletas liofilizadas.
Se entiende aquí por viabilidad la adecuada sobrevivencia de microorganismos para que produzcan el efecto buscado.
Estudios recientes conducidos por el Departamento de Pediatría de la Escuela de Medicina de la Universidad John Hopkins y realizados en el hospital Mount Washington en Baltimore, Estados Unidos, evaluaron la suplementación con Bifidobacterium animalis y Streptococcus thermopbilus (uno de los microorganismos básicos en la elaboración de yoghurt) en la prevención de diarreas inducidas por rotavirus.
El estudio tipo doble ciego se condujo en 55 niños de entre 5 y 24 meses de edad. Los niños fueron ingresados al hospital a causa de diarrea crónica. Durante la estadía en el hospital el estudio midió diferencias de velocidad en la infección por rotavirus, duración de la diarrea y la propagación del rotavirus en los dos grupos. Los resultados mostraron que los niños que fueron alimentados con probióticos la incidencia de la diarrea fue significativamente menor que en el grupo control. También se constató que en el grupo con dieta probiótica se produjo una mucho menor incidencia de propagación del rotavirus (1).
Otro caso interesante de aplicación de probióticos fue conducido en el Jewish Medical Center de Nueva York. Se estudió la efectividad de que los probióticos actuaran como preventivos de las infecciones vaginales (2). Se seleccionaron 33 pacientes que fueron divididas en dos grupos. Un grupo recibió probióticos por seis meses mientras que el grupo control no recibió. Las pacientes que recibieron los probióticos, que era yoghurt adicionado con Lactobacillus acidophilus, mostraron una disminución de las infecciones tres veces mayor que el grupo control. El autor del estudio experimentó algunos problemas cuando las pacientes que recibían probióticos no querían dejar el tratamiento.
Un trabajo realizado par el doctor R.K. Peters y colaboradores en el condado de Los Angeles (3) concluyó así mismo que la ingesta de probióticos resultó significativamente protectora en pacientes de canceró al colon.
Se han publicado varios informes sobre los efectos de los probióticos y su influencia en la regulación de la compleja macrobiótica del tracto gastrointestinal. Al analizar el mecanismo que encierra la acción de los cultivos lácticos, se ha llegado a la conclusión de que no hay un solo factor o mecanismo que ejerce los efectos benéficos, sino que más bien se trata de una serie de factores que influyen en esta acción. Fundamentalmente tres son los mecanismos principales (4,5,6,7).
a) La producción de bacteriocinas, peptidos específicos que inhiben microorganismos relacionados. Es posible que las bacteriocinas no sean muy eficaces en controlar los microorganismos patógenos intestinales; pero ayudan a los probióticos a establecerse en el tracto.
b) Una acción competitiva excluyente por la cual la presencia de probióticos en el mismo lugar de desarrollo de los patógenos hace que estos últimos no se reproduzcan con la velocidad y fortaleza con que lo hacen en un organismo sin probióticos.
c) La producción de ácidos orgánicos, Iáctico y acético con su efecto inhibitorio sería otra forma de actuar sobre bacterios no tolerantes a los ácidos como es el caso de la mayoría de los patógenos y virus del tracto gastrointestinal.
Es importante que estas hipótesis sobre la forma de actuar de los elementos probióticos, específicamente de los cultivos lácticos, queden científicamente demostradas para que la comunidad médica con información precisa pueda recomendar amplia y confiadamente su uso, la industria láctea dirigir sus proyectos de desarrollo en esa dirección y por último los consumidores directos estar bien informados para demandar el tipo de producto más saludable y efectivo, cerrando así una cadena de investigación, desarrollo y divulgación que debería significar una positiva mejora en la salud de la comunidad.
Hugo Torti Ivanovic
Universidad Iberoamericana de Ciencia y Tecnología.
Referencias
1. Saavedra, J.M., Bauman, N.A., Oung, I., Perman, J.A., and Yolken, R.H. 1944 The Lancet 344:1046-1049.
2. Hilton, F., Lsenberg, HD., Alperstein, P., France, K., and Borenstein, M.T. 1992. Annals of Internal Medicine. 116: 353-357.
3. Peters, R.K., Pike, M.C., Garabrant, D., and Mack, T.M. 1992. Cancer Causes and Control. 3: 457-473.
4. Rasic, J.L., and Kurman, J.A. 1983. Bifidobactoria and Their Role. Birkbauser Verlag Basel, Basel, Switzerland.
5. Yamada. M., Kitazawa, H., Uemura, J., Saitoh, T. and Itoh, T. 1993. Animal Sciece and Technology (Japan). 64: 505-511.
6. Watkins, F.A., and Miller, B.F. 1983. Poult. Sci. 62: 1772-1779.
7. Silva, M., Jacobus, N.V.,Deneke, C. and Gorbach, S.L. 1987. Antimicrobial Agents and Chemotherapy. 31: 1231-1233.
8. Sellars, R.L., 1991, Therapeutic Properties of Fermented Milk, ed. R.K. Robinson. Elsevier Applied Science, p. 81-116.
9. Sellars, R.L., 1993, Unpublished Data. Chr. Hansen`s Laboratory. Inc. Milwaukee, WI.