Medicamentos de acuerdo a las variaciones genéticas
( Publicado en Revista Creces, Octubre 2000 )

Los medicamentos no tienen los mismos efectos en todos los enfermos. Pueden sanar a unos, pero también matar a otros. Se ha señalado que en el año 1994, solo en los hospitales de Estados Unidos, murieron 100.000 enfermos por la administración de medicamentos que les generaron reacciones adversas.

Ya se conoce el borrador del genoma humano, pero es sólo un "genoma tipo", ya que éste varía de un individuo a otro. Todos los seres humanos tenemos los mismos genes, pero dentro de ellos puede variar la secuencia de uno o más nucleótidos del DNA, y eso basta para que el mensaje se traduzca en una enzima modificada, y en consecuencia una característica individual, diferente. Si no fuera así, todos los seres humanos seríamos exactamente iguales, como es el caso de los animales clonados en que todo su genoma es idéntico.

Es cierto que el 99% del genoma es común, pero hay aproximadamente un 1% de diferencia, que consiste en variaciones de determinados nucleótidos (bases del DNA) en algunos de los genes. Esas pequeñas variaciones en la estructura de los diferentes genes son las que condicionan que cada individuo sea diferente a otro. Ello explica que se tenga el cabello de color diferente, o que tengan diferentes alturas, diferentes personalidades, diferentes susceptibilidades frente a determinadas enfermedades, y también diferentes formas de reaccionar frente a la administración de un fármaco. Ello es lo que se ha denominado, "polimorfismo de un simple nucleótido (SNP)". Al igual que la huella digital, en que existen pequeñas diferencias propias de cada individuo, también hay pequeñas diferencias en la secuencia de los nucleótidos de un gene, lo que es característico para cada individuo.

Estas pequeñas diferencias individuales son las que ahora se trata de conocer. Entre muchas otras proyecciones, interesa también a la industria farmacéutica, ya que están pensando en comenzar a preparar medicamentos adecuados para cada variación genética. (En el futuro se fabricaran drogas según las características genetica de cada individuo) (El genoma humano: el gran hito de la biología).

Frente a la administración de una droga, la gran mayoría de los enfermos responde en una forma adecuada, pero no faltan las personas a los que la misma droga les produce una reacción adversa, que incluso puede ser de consecuencias fatales. Estas respuestas individuales, en su conjunto, no dejan de ser importantes. Hace algún tiempo se publicó un estudio en la revista Journal of the American Medical Association, en que los autores afirman que en el año 1994 fallecieron en los hospitales de Estados Unidos, sobre 100.000 enfermos, debido a que el medicamento que se les administró no se ajustaba a su susceptibilidad personal.

El lema es: "la droga adecuada a la persona adecuada". Con este fin, en Abril del 2000, el National Institute of Health otorgó Grants por 13 millones de dólares a nueve equipos de investigadores interesados en profundizar el conocimiento de estas diferentes susceptibilidades a diversos fármacos.


Un poco de historia

Hace algunos años Richard Weinshilboum y sus colaboradores de la Mayo Clinic en Rochester, describieron por primera vez la causa de una susceptibilidad genética a una droga. Se trataba de la droga 6-mercaptopurina, que junto con otras drogas tenía gran éxito en el tratamiento de la leucemia del niño. "Era casi milagrosa", ya que detenía la expansión de este cáncer. Sin embargo, en una pequeña fracción de enfermos, la misma droga los mataba. La causa estaba en una variación del DNA que codifica una enzima hepática necesaria para la degradación de la droga. El cambio de un nucleótido hacía que la enzima codificada no funcionara normalmente, por lo tanto ésta quedaba en la célula hepática, sin poderse eliminar del organismo. Su acumulación producía la muerte.

Este ejemplo no es único. Por el contrario ya se han identificado numerosas pequeñas variaciones genéticas de enzimas que actúan sobre diversas drogas o sustancias químicas. Por ejemplo, algunas personas al comer espárragos notan inmediatamente en su orina un olor especial. Otras en cambio, no lo perciben. Ello es debido a que las primeras no producen la enzima correcta llamada "ester tiometilado", que procesa el compuesto químico que da el olor a los espárragos. La alteración no produce ninguna enfermedad, ya que el compuesto no parece tóxico y además su exceso se elimina por la orina. Sin embargo, no sucede lo mismo con algunas drogas que se utilizan, ya sea para tratar el asma, el cáncer, la depresión, la diabetes u otras muchas enfermedades, que sí producen en algunas personas efectos tóxicos. En estos y otros casos, son varias las drogas que se han descrito en determinados individuos que producen efectos secundarios no deseados, debido a variaciones en la estructura de alguno de sus genes.

En el caso de la 6-mercaptopurina, ya se puede identificar la enzima anómala, de modo que antes de administrar la droga, se toma una muestra del enfermo para saber si tiene o no la enzima con una estructura correcta, con lo que se sabe si el niño puede o no tolerar la droga. Son muchos los investigadores que ahora tratan de identificar otras enzimas necesarias para degradar determinadas drogas, con el objeto de desarrollar en cada caso, un test específico para cada una. Ello no es fácil, ya que tienen que identificar en qué parte del gene está la base equivocada, y recién entonces pueden diseñar un test adecuado (generalmente una enzima está codificada por aproximadamente 1.000 nucleótidos, y el nucleótido equivocado puede estar en cualquier parte de la secuencia).


Largo camino por recorrer

Estas pequeñas variaciones de algún determinado gene son hereditarias, y por ello en ocasiones se dan con más frecuencia en determinados grupos raciales. Así por ejemplo, los que tienen ancestros africanos tienen más posibilidades que los caucásicos, de tener reacciones adversas a la droga antimalárica, denominada primaquine. Del mismo modo la población del Norte de Europa tiene más posibilidades que los japoneses de tener reacciones adversas a la droga isoniazida, que es muy efectiva para tratar la tuberculosis. Como éstos, ya hay varios ejemplos, y por ahora se podría recomendar dosis diferentes para diferentes grupos raciales, pero ello es como disparar con perdigones gruesos.

Se hace necesario averiguar las variaciones individuales que podrían afectar el metabolismo de las drogas. Para ello habría que comenzar detectando todas las posibles variaciones individuales (SNPs) que existirían en el género humano. Como una idea aproximada, se piensa que en la especie humana deben existir 3 millones de variables de un sólo nucleótido, que afectan a un determinado gene. Dentro de estas variables, que se expresan en las diferentes características individuales, estarían también aquellas variaciones importantes para el efecto de drogas.

La tarea es enorme, pero ya las empresas farmacéuticas han comenzado la labor de identificarlas. Un consorcio de estas empresas (SNP Consortium) ya tienen identificadas 102 mil de estas variables, y esperan completarlo. Es posible que lo logren, dado el enorme progreso tecnológico alcanzado durante el desarrollo del programa del genoma humano. El paso siguiente es averiguar cuáles son las enzimas anómalas específicas, relacionadas con el metabolismo de determinadas drogas. Con toda esa información ya se podrán fabricar los tests necesarios para detectar quiénes tienen riesgos frente a determinadas drogas. Por otra parte, el diseño de chip con pequeñas secuencias de DNA permitiría identificar numerosas variaciones con un sólo examen (Creces, Marzo, 1997, página 39). Con ello se habrá abierto una nueva etapa de "medicina personalizada".



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