El precio del petróleo por las nubes
( Publicado en Revista Creces, Octubre 2000 )

En los años 1973 y 1979 se produjeron alzas del precio del petróleo, no porque este se estuviera agotando, sino por restricciones relacionadas con los países árabes, grandes productores del petróleo. Nuevamente y como se había vaticinado en 1998 (Creces, Diciembre 1998, página (Se aproxima nueva crisis del petróleo), los países de la OPEC han vuelto a dominar el mercado, decidiendo otra vez racionar la producción, provocando con ello una nueva y sustancial alza. Cada vez que ello ocurre, volvemos a tomar conciencia de que el recurso es finito y que tarde o temprano éste tendrá que comenzar a agotarse. Ello produce gran angustia, porque bien sabemos que toda la economía mundial se basa en la utilización de esta fuente de energía barata, para la cual aún no se dispone de un reemplazo fácil y de igual costo.

Con las primeras alzas, ya los expertos vaticinaron que el agotamiento estaba próximo. Pero se equivocaron, porque sus supuestos no tenían base científica. Por esa misma época se descubrieron nuevas y grandes reservas en Alaska y el Mar del Norte. Cuando más tarde comenzó a fluir de allí el oro negro, los precios volvieron a bajar. Ahora se repite la historia de precios altos por restricciones en la producción de los países de la OPEC, y nuevamente aparece la misma interrogante ¿Cuánto tiempo más durará el petróleo?.

Collin Campbell y Jean Laherrere, geólogos de Petroconsultans en Ginebra, vaticinaron en 1998 que la escasez real se comenzaría a producir alrededor del año 2010, y para ello dieron sus razones. Según estos expertos, el petróleo podía durar hasta 50 años más, pero frente a la demanda, su producción comenzaría a declinar mucho antes, con lo que ya en los próximos 10 años empezaría a elevarse definitivamente su precio (Scientific American, Marzo 1998, página 60).

Otra vez hay informaciones contradictorias. Expertos del U.S. Geological Servey (USGS), han elevado sus estimaciones previas de las reservas mundiales en un 20%, las que alcanzarían a un total de 649 mil millones de barriles (el consumo mundial actual es de 25 mil millones de barriles anuales). USGS, estima que aún hay grandes reservas de petróleo que no han sido totalmente cuantificadas y que estarían en el Medio Oeste, en el norte de Groenlandia Shelf, al este de Siberia, en el Mar Caspio, en Nigeria, Suriname y en el delta del Congo. Los expertos predicen también que en los próximos decenios, de acuerdo a los estudios geológicos, se deberían descubrir aún más reservas (Scientific American, Septiembre 2000, página 16).

El USGS basa su optimismo en los avances que se han logrado en las tecnologías de perforación y extracción, que al mismo tiempo están haciendo más fácil encontrar reservas, están también logrando que más petróleo escurra fácilmente en los yacimientos existentes. Las compañías petroleras están ahora inyectando agua presurizada o dióxido de carbono líquido, los que difunden a través de los poros de la roca y empujan el petróleo que antes era inalcanzable. Además las mismas compañías están utilizando tecnologías robóticas que permiten construir torres costa afuera, capaces de perforar a una profundidad de 1.200 metros.

También están logrando imágenes sísmicas tridimensionales del subsuelo, que permiten identificar las estructuras geológicas que contienen petróleo, con lo que la ubicación de reservas se hace mucho más probable. También se ha desarrollado la tecnología consistente en cavar hacia abajo, y luego hacia los lados, buscando las reservas horizontalmente, con lo que se reduce el número de excavaciones y por lo tanto los costos (Irak reclamó contra Kuwait porque le estaría extrayendo petróleo por un pozo horizontal). Estas tecnologías ya están operando en las aguas del Golfo de México, al este de Africa y en el Mar del Norte. ¡Ojalá que sean los expertos del USGS quienes tengan razón, y que sea Campbell el equivocado!.

En todo caso, cabe señalar que existen también enormes depósitos de petróleo no convencionales, que serían explotables tan pronto como se eleve el costo del petróleo convencional. Así por ejemplo, en el cordón del petróleo en Venezuela, hay 3.2 trillones de barriles de lodo, conocido como petróleo pesado. Del mismo modo hay grandes depósitos arenosos en Canadá y en la misma antigua Unión Soviética, que pueden significar más de 300 mil millones de barriles de petróleo. Todos estos pueden teóricamente explotarse, pero para eso se requiere que el precio del petróleo lo justifique, y que además se perfeccionen las tecnologías de explotación. Desgraciadamente, muchos de estos depósitos contienen metales pesados y azufre, que habría que extraer previamente para no contaminar.



Fernando Mönckeberg Barros


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