La fuerza de antigravedad a nivel cósmico
( Publicado en Revista Creces, Marzo 1999 )
En Creces, Mayo de 1998, pág. 7
(Astrónomos afirman la existencia de una fuerza antigravedad a nivel cósmico), comunicamos el sorprendente hallazgo de los astrónomos Alexie Filippenko, de la Universidad de California, y Brian Schmitt, de Australia: "el Universo se estaba expandiendo a una velocidad mucho mayor de lo esperado, después del gran impulso del Big Bang, hace 13 billones de años". Esa explosión habría dado un gran impulso inicial para la expansión, pero se esperaba que en función del tiempo y por la gravedad que ejercen las diferentes galaxias entre sí, esta velocidad de expansión disminuiría.
La observación de estos investigadores demuestra lo contrario: "que la velocidad de separación se estaría incrementando rápidamente". "Es como si existiera en el Universo una fuerza de antigravedad que está separando las galaxias" (Science, vol. 279, Febrero 1998). Todo hacía esperar que la velocidad de expansión iría disminuyendo hasta detenerse, para que posteriormente comenzara el Universo a colapsarse.
Este hallazgo ha sido tan contrario a todo lo esperado, que los astrónomos del mundo están tratando de desmentir lo descrito, pensando que Filippenko y Smith cometieron algún error que les ha dado una falsa impresión, que ellos interpretaron como aceleración creciente. Sin embargo, hasta ahora no lo han conseguido, y por el contrario, nuevas investigaciones parecen confirmarlo.
Fue en el año 1929 que el astrónomo Edwin Hubble, por primera vez descubrió que el Universo se estaba expandiendo como resultado del Big Bang. Ello lo pudo comprobar por la técnica del corrimiento al rojo (redshift), consistente en la comprobación de una caída en la longitud de la frecuencia de la onda luminosa, proporcional a la distancia de las galaxias con relación a la nuestra, en la misma forma que cambia el sonido del pito de una locomotora en la medida que se aleja. Para ello Hubble utilizó como referencia una estrella llamada Cepheid, cuya brillantez intrínseca era conocida. Utilizó esta brillantez como "una vela standard", para que a partir de ella, comparar la distancia de las otras. Las más lejanas tenían un desplazamiento proporcional al rojo de su brillantez, de acuerdo a su distancia y al mismo tiempo se veían más apagadas.
Pero este método para comparar con galaxias muy lejanas no ofrece la suficiente acuciosidad, dado que la brillantez a esas enormes distancias es muy tenue. Por eso es que los astrónomos han estado buscando una nueva "vela standard" que brille aun a grandes distancias. Para ello nada mejor que una supernova, que es una estrella que estalla y produce una enorme cantidad de energía. Pero desgraciadamente estas explosiones masivas y brillantes son poco frecuentes (en una galaxia esférica, suceden dos o tres por milenio). Para encontrar suficientes supernovas, los astrónomos tomaron imágenes electrónicas de grandes extensiones del cielo, en una sola noche, capturando miles de galaxias distantes, y luego fotografían las mismas áreas unas pocas semanas más tarde. Cuando las imágenes se sobreponen y se sustraen en un computador, cualquier nueva supernova puede observarse hasta que se desvanezca. Fue de este modo que los investigadores colectaron sus registros con gran eficiencia durante los últimos años, observando que las supernovas estaban entre 10 hasta 15% más lejos de lo esperado, lo cual indicaba que la expansión se ha estado acelerando por miles de millones de años: Al final de ese año, con docenas de supernovas analizadas, publicaron sus hallazgos (ahora en prensa). Este hallazgo deja a todos perplejos y ahora tratan de explicarse el por qué sucede.
(Science vol. 282, Diciembre 18, 1998).