En los Estados Unidos, durante la década recién pasada, se ha estado observando una continua disminución de los crímenes, habiendo estos decrecido en un 50%. Muchos se preguntan el por qué de esta asombrosa disminución, pero no encuentran una respuesta satisfactoria. En la ciudad de Nueva York, ella se había asociado a la mayor rigidez policial impuesta por el alcalde de esa ciudad (tolerancia cero). Sin embargo, igual o mayor disminución se ha observado también en otras ciudades, como es el caso de Los Angeles, donde no ha habido un mayor incremento de la rigidez policial.

En los últimos años la demanda de órganos para transplantes ha estado aumentando rápidamente, en la misma medida que han ido mejorando las técnicas quirúrgicas, los cuidados médicos y el desarrollo de nuevas drogas utilizadas para impedir el rechazo. Sin embargo, los donantes de órganos no han aumentado en igual proporción, de modo que cada vez son más largas las listas de espera (Creces, Mayo 1997, pág.8). Es por eso que se ha pensado utilizar órganos de cerdos para ser transplantados a humanos (xenotrasplantes).

Ya se puede prever para los próximos decenios, los tremendos cambios que se producirán, como consecuencia del rápido avance de la biología, la biotecnología y la manipulación de genes. En la medida que se ha ido desarrollando el programa del genoma humano, consistente en descifrar toda la información genética contenida en el DNA de nuestras células, se han ido también desarrollando las tecnologías rápidas y adecuadas, que están permitiendo avanzar muy rápidamente también en el conocimiento del genoma de microorganismos, insectos, plantas y animales. Con ello, en los próximos decenios ya se dispondrá de toda la información necesaria para modificar a voluntad (ya sea reforzando, suprimiendo o reemplazando), la normal información genética de cualquier ser vivo, sea este una planta, un animal o un microorganismo.