( Publicado en Revista Creces, Noviembre 1999 )
Los avances de la biotecnología ya han hecho posible introducir en las plantas genes de otras especies (plantas transgénicas), que al expresarse en la semilla receptora, se traducen en efectos beneficiosos para la producción agrícola. Con ello estas semillas adquieren nuevas y variadas cualidades que están siendo de gran utilidad tanto para el agricultor como para la comunidad en general. Así por ejemplo, se han conseguido plantas que son resistentes a los herbicidas e insecticidas. En este caso, los investigadores han traspasado a plantas, un gen que existe en una bacteria (Bacillus thuringiensis) que normalmente codifica una proteína tóxica para los insectos. Al ser transferido a una planta, ésta adquiere la propiedad de hacerse también resistente a los herbicidas, como es el caso del Round-up. Varios beneficios se obtienen con ello: mejor rendimiento en el cultivo y al mismo tiempo se economiza el costo que significa la administración de herbicidas e insecticidas, con lo que también disminuye la contaminación del suelo y del agua.