( Publicado en Revista Creces, Enero 1997 )
En 1960, la nave espacial Mariner que visitó Marte, comprobó la hostilidad de su ambiente. Su atmósfera era muy delgada, fría y seca. Ella estaba compuesta casi enteramente por dióxido de carbono y su presión atmosférica era sólo del 1%, en relación con la presión atmosférica de la Tierra a nivel del mar. Las cámaras del Mariner no evidenciaron ningún canal, ni agua, ni vegetación. Su superficie sólo estaba cubierta por cráteres y era tan seca como la de la Luna.