Durante el presente siglo el ser humano ha logrado vivir más, ya que ha mejorado su salud, su nutrición y ha controlado el impacto de las enfermedades infecciosas mejorando su prevención y tratamiento. Al disminuir la muerte prematura, más y más individuos están llegando a edades avanzadas. Al comienzo del siglo recién pasado, las expectativas de vida al nacer eran de 40 años. Hoy es de 65, y en algunos de los países desarrollados ya ha llegado a los 80. Pero el hombre quiere vivir más, y eso hasta ahora no parece posible. La persona más vieja, que realmente ha podido documentar su edad, ha sido Janne Calmet de Arles, en Francia que falleció en Agosto de 1997 a la edad de 122 años. En cada especie hay proceso de envejecimiento que termina con la muerte a una edad determinada. Las moscas viven entre 30 y 40 días, los perros entre 13 y 15 años y los elefantes 48 años. El hombre vive más que cualquier otro mamífero y más también que muchas otras especies. ¿Será posible retardar el envejecimiento y prolongar así la vida más allá de lo programado para la especie?.

Entre el 26 y 30 de enero de 1999, la Academia Pontificia de Ciencias del Vaticano, organizó un encuentro para analizar "las necesidades de alimentos del mundo en vías de desarrollo al inicio del siglo XXI". Para ello se reunieron distinguidos científicos de distintas partes del mundo que cubrían diferentes áreas relacionadas con el tema: expertos en las áreas agrícolas, y de institutos de investigación del arroz, maíz, los tubérculos, etc.

Parece que ya es un hecho que el tratamiento hormonal (estrógenos) en las mujeres durante la menopausia, disminuye en ellas el riesgo de enfermedades coronarias cardíacas. Lo curioso es que la causa de este menor riesgo, radicaría en que la hormona favorece una mejordistribución de las grasas en el cuerpo. Al mismo tiempo, esto haría que las mujeres aparecieran más esbeltas, dándoles el aspecto de mayor juventud.

El descubrimiento de grandes cráteres en un amplio espacio de la superficie terrestre, es la primera evidencia que el planeta sufrió impactos de meteoritos múltiples y simultáneos en un pasado reciente. Hasta ahora el hecho había estado oculto ya que los cráteres estaban parcialmente enterrados bajo la arena en el desierto de Sahara, en el sud-este de Egipto.