( Publicado en Revista Creces, Marzo 1990 )
Nuestro planeta esta en peligro, principalmente por la acción humana: decirlo es ya un cliche, pero también es una verdad corroborada por las observaciones que pueden realizar los satélites que este mismo homo tecnologicus ha puesto en orbita. Si este "ojo" privilegiado nos convence de una vez a asumir una ética ecológica, quizás no sea demasiado tarde.