( Publicado en Revista Creces, Septiembre 2001 )
Salir a pasear en el espacio, como lo hacen los astronautas, no siempre es placentero. A la sombra, la temperatura sólo alcanza a 2.7 grados Kelvin. Pero cuando se está frente al sol es como para asarse. El otro problema adicional, es la radiación infrarroja que recibe del sol.