( Publicado en Revista Creces, Mayo 1997 )
Se conoce muy bien el efecto negativo de los rayos Ultra Violeta sobre la piel. No se trata sólo de quemaduras que estos rayos producen, sino también el potente efecto cancerígeno que ellos provocan en las células de la piel. Con la disminución del ozono que se ha producido durante los últimos años, se ha agregado un factor más que incrementa el riesgo de cáncer a la piel, al disminuir su efecto protector de los rayos Ultra Violeta, ello es especialmente preocupante en Australia, que al igual que en Chile, está ubicada en el hemisferio Sur, que es precisamente, donde se ha producido la mayor disminución del Ozono. A su vez la población es de piel blanca que también la hace más sensible a las radiaciones (la piel pigmentada protege de los rayos).