( Publicado en Revista Creces, Octubre 2002 )
Algunos niños que sufren maltrato físico, emocional o sexual durante sus primeros años de vida, llegan a tener comportamientos violentos en la edad adulta. A otros, en cambio, estas situaciones de maltrato y abusos parecen no afectarlos en edades posteriores. Un nuevo estudio parece señalar que la diferencia en el comportamiento posterior, se debería a razones genéticas.