( Creces, 2006 )
Ya en los últimos años de la década de 1990, la mayor parte de la superficie
del norte del mar Aral se había secado y convertido en una costra húmeda salada. Todo ello debido a un proyecto desarrollado en tiempo de la Unión Soviética, que decidió utilizar sus aguas en extensos cultivos de algodón .Algunos ecologistas llegaron a pensar que el daño que se produjo, era irreparable. A pesar de ello, el Banco Mundial en el año 1999, decidió financiar una misión de rescate. Entre otras medidas, el proyecto contemplaba la construcción de un dique de 13 kilómetros de largo con el objeto de retener el agua, elevar el nivel del mar y disminuir la salinidad de sus aguas.