( Publicado en Revista Creces, Julio 2002 )
La gran diferencia que tenemos con el chimpancé podría no residir en el cerebro, sino en los espermios. Pequeños cambios en estas células, podrían explicar cómo la especie humana evolucionó en forma tan diferente en relación con los grandes monos. (New Scientist, Marzo 2, 2002, pág. 16).