( Publicado en Revista Creces, Mayo 2000 )
Jeffrey Suchard y Frank LoVecchio del Good Samaritan Regional Medical Center en Phoenix, describieron en el New England Journal of Medicine, cinco casos de personas que se llevaron la sorpresa de su vida al ser mordidos por serpientes muertas. Según Suchard, hay que tener mucho cuidado, porque las serpientes muertas mantienen algunos reflejos primitivos, y al tomarlas inyectan su veneno. Este se gatilla, aun después de muerta, por los sensores infrarrojos ubicados en la superficie de la mandíbula (Creces, Julio 1999, pág. 5).