( Publicado en Revista Creces, Julio 2000 )
Tal como se enfrentó el desafío de enviar un hombre a la luna, también se enfrentó el otro desafío, aún más difícil, de secuenciar el genoma humano. Pacientemente se pudo conocer el orden de secuencia de 3.2 mil millones de bases, que contiene cada núcleo de cada célula de nuestro organismo. Es difícil imaginar el volumen de las grandes cifras, por lo que para comprenderlo en su verdadera dimensión, debemos imaginarlas a través de símiles. Si alguien se pusiera a leer en voz alta, base por base, todo el genoma, terminar su lectura tomaría nueve años. También se ha dicho que si las bases se escribieran en un libro, esto llenaría doscientos volúmenes, cada uno del tamaño de una guía telefónica. ¿No es este trabajo de mayor volumen aun que el que hubo que realizar para enviar un hombre a la luna? Si quedan dudas de la comparación del esfuerzo, no quedan en cambio a cerca de las proyecciones futuras. Con ello se esta dando un gran paso para alcanzar un cambio total de la medicina y la salud del ser humano.