( Publicado en Revista Creces, Mayo 1997 )
Se habla mucho de la familia y se legisla diciendo que se le quiere proteger proponiendo la disolución de ella. Pero no hay ninguna proposición que vaya precisamente a ayudar a la familia en el momento oportuno, sino cuando ya se ha llegado a la crisis y sin solución . ¿Por qué la sociedad no previene estas rupturas? ¿Por qué insiste en creer que deshaciendo la familia el problema se soluciona? ¿Ha pensado la sociedad, en este caso las mayorías, el daño que sufren los hijos cuando los padres se separan, cuando una madre o un padre abandona la familia?. Ciertamente NO. No se han detenido a pensar lo que eso significa en el desarrollo afectivo, emocional, social y aún en la salud física de los niños, en la madre abandonada o en el padre abandonado, porque esto también ocurre. Por qué no buscar efectivamente algo que realmente contribuya a que esto no suceda.