( Publicado en Revista Creces, Abril 1998 )
Lixin Zhang y Mark Smith del National Institute of Mental Health de Washington, describen que al separar ratas de 12 días de edad de sus madres, se producen en ellas evidentes alteraciones cerebrales. Al ser sacrificadas, encuentran en el cerebro el doble de células muertas (corteza cerebral, hipocampo y cuerpo calloso) que las que se observan en las ratas que no habían sido separadas de sus madres. Los investigadores afirman de que esto podría contribuir a explicar como la deprivación materna altera más tarde el comportamiento de los animales. Sugieren también que lo mismo podría suceder en los humanos.