( Publicado en Revista Creces, Agosto 1990 )
La energía nuclear, esa inquietante obsesión tecnológica del siglo XX, tiene dos rostros para la opinión publica: uno atemorizante (bombas nucleares, desastres como Chernobyl, desechos radiactivos) y otro beneficioso - menos espectacular y mas interesante -, cuyas múltiples proyecciones son a menudo mal conocidas. El físico nuclear Francisco Brieva, uno de los pocos especialistas chilenos de alto nivel en esta materia, ha sido nombrado recientemente director ejecutivo de la Comisión Chilena de Energía Nuclear. Su intención es darle a esta Comisión un rol mas activo en el desarrollo del país. Y esto, indudablemente, implica estimular la investigación.