( Publicado en Revista Creces, Octubre 1989 )
En 1965 el gobierno de chile sanciono la incorporación de las actividades de regulación de la fecundidad en los programas de salud. Ello tuvo por propósito promover la paternidad responsable y el bienestar de la familia, contribuir al control del aborto inducido clandestino y a la reducción de la mortalidad materna e infantil, a la que se asociaba la procreación inoportuna o no deseada. Veinticinco años después, la evaluación revela que dicha decisión gubernamental fue acertada al obtenerse concomitantemente un singular mejoramiento de los indicadores biosociales indicados.