( Publicado en Revista Creces, Mayo 1997 )
Se ha escrito mucho acerca del deterioro crónico de la salud de Darwin que, a poco de volver a Inglaterra de su viaje en el Beagle, lo obligó a aislarse y recluirse en una casa en Kent. Es cierto que su viaje fue muy activo y duró cinco años, y en los cuales visitó las costas de Chile, las Islas Galápagos y otros lugares. Nada hacia presumir entonces su ostracismo posterior.