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    ( Publicado en Revista Creces, Abril 1997 )

    Siguiendo en la línea de otras publicaciones, en esta Revista hemos querido mostrar la consecuencia de lo allí expuesto. Habíamos dicho que el padre ha aparecido como un factor protector ante el consumo de droga del adolescente varón, pero sucede que una de las figuras más ausentes en las familias de nivel socioeconómico bajo es el padre, no sólo de tipo físico, sino también emocional. Por esta razón se quiso rescatar este modelo parental tan deteriorado en nuestra sociedad y que tanta falta hace, porque todo recae en la madre. Muchas veces ella es la responsable de esta falta de participación del padre porque lo disculpa de su fatiga del trabajo y no le da la oportunidad de acercarse a los hijos y ella piensa que éstos son de su única propiedad. A esto se suma que los programas que se han diseñado para evitar el consumo de droga (como tanto otros programas) apuntan al consumidor y a su familia en términos genéricos y no hacia el padre que más acción directa tenga con el hijo como es este caso. Y bien sabemos, que cuando de la familia se trata, es la madre la que asume la responsabilidad de la participación y en escasas ocasiones es el padre. Por este motivo, diseñamos una estrategia que permitiera la participación del papá (o sustituto) en un taller educativo. Para esto contamos con la colaboración de la Municipalidad de Las Condes y a través de una Escuela dependiente de la Corporación de Educación, realizamos un Taller Educativo.

      ( Publicado en Revista Creces, Abril 1998 )

      Todo parece indicar que la enfermedad de las vacas locas (BSE), que ha producido estragos en Inglaterra, ya ha pasado a varios otros países de Europa y es probable que rápidamente se generalice (Novedades en la transmisión de enfermedad de vacas locas). Emmanuel Vanopdenbosh, jefe del Comité de BSE para Europa, afirma que ya han muerto muchos animales con extraños síntomas del sistema nervioso central. Nadie ha querido profundizar en el diagnóstico, y por el contrario su carne ha sido enviada a las carnicerías y supermercados. Los científicos están preocupados por este silencio culpable, y temen que si no se enfrenta la realidad, la enfermedad se extienda explosivamente como sucedió en Inglaterra. No hay que olvidar que allí, desde el año 1986, se han producido 167.000 casos.

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