( Publicado en Revista Creces, Septiembre 1996 )
Si a un astrónomo se le pregunta que es un hoyo negro, responderá que es una región del espacio de la cual nada ni siquiera la luz puede escapar, debido a la enorme intensidad de la gravedad que alcanzan. Si le preguntamos porque existen o como se forman, dirá que son el resultado de la condensación de una estrella más masiva que el sol, que ha agotado su combustible, por lo que se han enfriado y contraído. Dirán además, que por esta tremenda fuerza gravitacional que generan, succionan la materia como una verdadera aspiradora astronómica. Nadie los ha visto, ni nadie se ha caído en ellos, pero los astrónomos tienen razones para creer en su existencia.