( Publicado en Revista Creces, Julio 1998 )
Hoy en día, ninguna sociedad bien informada puede negar que las posibilidades de su desarrollo y bienestar dependen fundamentalmente de la capacidad de crear conocimiento nuevo transformarlos en tecnológicas. El competir eficientemente en el proceso de globalización económica mundial, ya no depende tanto de los recursos naturales que un país posea, como de los recursos humanos y de infraestructura científico tecnológica, comprometida en crear o adaptar nuevos procesos y producto con los cuales se pueda competir eficientemente.