( Publicado en Revista Creces, Enero 1998 )
Hasta hace poco, los que sufrían de obsesiones compulsivas se consumían en sus ansiedades casi sin esperanzas. Pero ahora pueden tener remedio en sus síntomas. El hallazgo de un substrato específico en el cerebro de estos enfermos, permite ahora catalogarla como enfermedad cerebral y no culpar de ello al maltrato de la madre, como pensaban los psicoanalistas.